![]() |
Este no es un libro sobre literatura al uso: Mary Oliver nos habla en él más bien de cómo la naturaleza puede estar relacionada con la literatura sin darnos cuenta. Después de leer a esta autora me ha dado la sensación de que muchas veces nos olvidamos de que somos parte de la naturaleza, y en el caso de los escritores esto hace que sus poemas o escritos estén faltos de algo natural que todos llevamos dentro. El volumen comienza con un prólogo escrito por Elena Medel en el que nos habla de Mary Oliver y su escritura como parte de su propia vida e incluso de su cuerpo. Después tenemos quince textos en prosa de la autora estadounidense los que nos hablan de literatura, escritores e incluso algunos simplemente de la naturaleza que la rodea. Corzos, búhos, águilas, anchoas y un sinfín de criaturas que han compartido su vida en algún momento con la de Mary Oliver aparecen a lo largo de estas páginas para recordarnos que de vez en cuando está bien parar nuestras vidas y escuchar y sentir el mundo natural que nos rodea. Un punto que me ha llamado la atención y me gustado mucho ha sido el hecho de que la autora hable en femenino a la lectora y no es masculino como suele verse. No sé si este es un hecho simplemente de la traducción o va más allá y la propia autora ha dejado claro que quiere hablar en femenino a quien la lea. También Mary Oliver reivindica en este libro el poema común que sirve de referente a todo el mundo, ese poema con el que todos nos podemos sentir identificados. Ella ve la poesía como un servicio social que ayuda a todo el mundo a sentirse parte del todo y rechaza aquellos poemas individualistas y biográficos que ve como textos sin demasiado valor. Me ha parecido una lectura interesante y original, sin demasiadas pretensiones por parte de la autora pero muy enriquecedora. Un libro sobre escritura apto no solo para escritores sino también para lectores. + Leer más |