Vos pensáis que todo es oscuridad en Semur. M. le Marie, os aseguro que no es así. Las tinieblas envuelven las murallas como una mortaja, pero en el interior, poco después de que partieran los vecinos comenzó a brillar una luz suave y maravillosa, que no era la del sol ni la de la luna. Y al igual que desapareció la oscuridad, con el tañer de las campanas también quedó atrás el silencio.
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