Odiaba la palabra «akata». Significaba «animal de los arbustos» y se usaba para referirse a los negros americanos o a los negros que habían nacido en el extranjero. Era una palabra muy muy obscena.
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Odiaba la palabra «akata». Significaba «animal de los arbustos» y se usaba para referirse a los negros americanos o a los negros que habían nacido en el extranjero. Era una palabra muy muy obscena.
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Los prejuicios engendran prejuicios, ¿ves? El conocimiento no siempre evoluciona en sabiduría.
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Las mentiras son una cosa del mundo físico. No pueden existir en el mundo espiritual.
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Aceptamos aquellas cosas que nos hacen únicos o extraños. Porque solo en estas cosas podemos ubicar y luego desarrollar nuestras habilidades más individuales.
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Tu casa no volverá a ser la misma en cuanto descubras lo que eres. Toda tu vida cambiará. Nigeria ya está llena de grupos, círculos, culturas. Tenemos muchas formas. Eres yoruba, hausa, ibibio, fulani, ogoni, tiv, nupe, kanuri, ijaw, annang, etcétera. Añádele a eso ser una persona leopardo y tus grupos se dividirán en mil más.
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Podía moverme como un mosquito cuando quería. No como los de Estados Unidos, que te zumban en la oreja, sino como los nigerianos, silenciosos como los muertos.
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Había visto el fin del mundo en esa llama. Incendios descontrolados, océanos hirviendo, rascacielos derrumbándose, tierra fragmentada, gente muerta y moribunda. Fue horrible. E iba a ocurrir.
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Somos personas leopardo. Siempre hemos estado presentes por todo el mundo. En algunos países nos llaman brujas, magos, chamanes, hechiceros…
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¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?