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«Hay una grieta en todo, así es como entra la luz» (Leonard Cohen) Noche Cerrada, de Chris Offutt "-Haré que el sheriff se te pegue al culo -dijo Tucker-. Has intentado abusar de tu sobrina, que no tiene más de catorce. Acabarás en la trena. Tío Boot se rió, un sonido brusco que dio lugar a una tos ronca. Escupió sangre. -Hijo -dijo-. El puto sheriff soy yo." Ésta es una de las primeras escenas de la novela, la que desencadena todo y la que hace que Tucker, un joven de apenas 18 años y recién llegado de la guerra de Corea, conozca a Rhonda, una adolescente de apenas 14 años, que acaba de asistir al funeral de su padre. Los dos son seres desarraigados que, tras una primera noche en la que, en medio de una gran tormenta, los pajaritos cantan, las nubes se levantan e incluso nos cae un chaparrón, decidirán compartir sus vidas. Pero que nadie se relaje, que esto no ha hecho más que empezar. Offut nos sumerge, sin florituras, en las colinas de Kentucky, en los años de los últimos coletazos de la destilación clandestina y el contrabando de alcohol. Seres que pululan, al margen de la ley, en puebluchos en los que hay un sólo sheriff trabajando en turno de día. Asistimos, mediante una prosa cuidada, ágil y directa, aunque con metáforas, comparaciones, símiles e hipérboles ocurrentes, inteligentes y divertidas que rellenan los resquicios por donde supura la violencia, la desesperación, la falta de oportunidades y la necesidad de buscarse la vida, a una historia que orbita alrededor de un mensaje. Un mensaje que se nos repite a lo largo de dieciséis años: que hay buena gente que tiene mala suerte. Así pues, es la suerte, la mala, un personaje más de esta historia. Esta novela es oscura, pero, sobre todo, es humana. Sus diálogos son alucinantes y desternillantes y me he reído a carcajadas durante toda la novela. Lo que nos cuentan es duro, pero es lo que hay que hacer, así que mejor hacerlo con buena actitud. El mensaje final de este novelón es que, a pesar de la mala suerte, a pesar de la noche más cerrada y oscura, es que siempre hay un rayo de luz. |
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