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En este tomo toda la acción en Villa Syrup se desata, al destaparse la terrible conspiración del traicionero Kurahadol (o mejor dicho, Capitán Kuro), y llamar a toda su banda para que ataque a lo isla, a lo que Luffy y compañía, con la ayuda de Ussop y los suyos, se enfrentarán para evitar cualquier daño a la joven Kaya y al pueblo. Oda nos cuenta con mucho acierto a través de Ussop, la fábula de Pedro y el lobo, alguien que miente con tanta regularidad que cuando luego ocurre algo realmente horrible, nadie te cree. Sin embargo, me gusta su construcción como personaje, ya que se te explica el por qué de su forma de ser, y eso no le quita que, dentro de ser también bastante miedoso o cobarde cuando quiere, en el fondo tiene un corazón dorado y valiente. Esto hará que enseguida conecte con el espíritu de Luffy y su banda, y que a estos enseguida les caiga bien y decidan ayudarlo, además por supuesto unirse a la causa porque no pueden soportar esta injusticia. Una vez empieza la batalla, es la que mejor construcción y anticipación tiene hasta la fecha, y también la más divertida por las circunstancias de la misma, cómo empieza y cómo se va desarrollando, con constantes pequeñas sorpresas a cada capítulo, no siendo las cosas exactamente como te esperas, algo que es muy de agradecer y que hace que se disfrute incluso más. Los distintos miembros de la banda de Kuro y la característica forma de luchar de este último (inspirado en Lobezno) se quedan grabados y terminan de ponerle la cereza al pastel. Acción, intriga, risas, drama, buen desarrollo de personajes, un villano competente y el más duro hasta ahora con un plan retorcido y bien trazado... un tomo bastante bueno que deja con muchas ganas de continuar con el siguiente, donde la batalla llegará a su máximo estadio con unos Luffy y Zoro que tendrán que darlo todo, y un Kuro que por fin se destapa del todo y también irá a tope. ¿Quién ganará? Lo veremos enseguida en la siguiente reseña. |
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