Qué fue de los Mulvaney

A veces, las familias son así. Una cosa va mal y nadie sabe como arreglarla y pasan los años y...nadie sabe como arreglarla.

Sin embargo, no fue tan divertido una mañana de enero en que el termómetro exterior en la ventana de la cocina se mantuvo a diecisiete bajo cero, y los regueros de lágrimas se congelaron en las pálidas mejillas de Marianne, (...) Pero asi era, las lágrimas que ella creía secretas, se habían convertido en hielo para que todos las vieran

Una aterradora posibilidad acudió a Patrick: nuestras vidas no son nuestras sino que se hallan en posesión de otros, nuestros padres. Nuestras vidas quedan definidas por los antojos, caprichos, crueldades de otros. Esa telaraña genética, los lazos de sangre. Era la más antigua maldición, más antigua que Dios. -¿Me aman?, ¿me quieren?¿Quién me querrá si no lo hacen mis padres?

Pensar, dedicar un pensamiento es fruto de la disociación, la distancia. No se puede ejercer la memoria hasta que uno se ha retirado de la fuente del recuerdo.

Es un alivio no tener que preocuparte por donde estás. Todo ese orgullo que teníamos, en casa, y esa ansiedad. Llevando una especie de...no sé...vida familiar modélica.

-Vosotros, los Mulvaney. Irresistibles. Todos vosotros-

Al fin y al cabo, ¿qué es una familia sino recuerdos?