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Hay varios motivos por los que me gusta leer a Joyce Carol Oates y uno de ellos es porque logra que el suspense me atrape sin ser este un género que me entusiasme. Cuando al día siguiente de su boda Abby es arrollada por un autobús todo podría hacer pensar que se trata de un accidente. Sin embargo hay algo en esa joven que no termina de encajar en ninguna parte. Ni siquiera su recién estrenado marido la conoce tan bien cómo para saber cuál es la historia que arrastra la joven. Así Oates nos lleva a conocer el origen de esta huérfana que guarda para sí un secreto terrible que condiciona su vida y su modo de relacionarse con los demás. Ese misterio le impide abrirse y le genera un gran sentimiento de culpa, y será precisamente el accidente lo que ayudará a que todo salga a la luz. Con capítulos cortos y usando la narración de diferentes voces para contar la historia, la autora vuelve a demostrar su gran capacidad para crear personajes complejos y con profundidad, otro de los motivos por los que me encanta leer a Oates. Tampoco deja de lado la denuncia o crítica social, algo que siempre encuentro en sus novelas y relatos, aunque aparezcan como pinceladas de fondo. En este caso se trata del estado que en el que regresan los ex combatientes de conflictos bélicos y también la violencia de género, pero no son los únicos que podemos encontrar. Me gusta leer a Joyce Carol Oates y la suerte que tengo es que todavía me quedan muchos de sus libros por leer. de momento tengo esperando dos en casa, no creo que tarde en volver a ella. |
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