Sigo aquí

Me faltaba por leer este libro autobiográfico y magnífico, de mi admiradísima Maggie O' Farrell, que he leído antes de leer también su última novela.
Lo he hecho y te deja un poso que no puedes olvidar, porque sus impresionantes vivencias, algunas de ellas, también son las mías, no pueden dejarte indiferente .

Me he sentido tan sumamente identificada , y, precisamente, eso es lo que me hacía parar, pensar e incluso revivir los aspectos más alejados de mi vida, puesto que por ser tan fuertes y negativos no los quería ni recordar.

Sin embargo, aunque fueron momentos dolorosos, los he vivido con la autora de una manera diferente, incluso me ha he hecho sentir que, una vez ya pasados, el recordarlos te ayuda a distanciarte y alejarte de ellos sin el inmenso dolor que te provocaron .

Por todo lo dicho creo, que, a pesar de ser un libro con tristes y dolorosos momentos de su vida, nos ayudan, e imagino, que a la autora también le ayudó exponerlos en este libro.

Un libro que con el estilo peculiar y excelente de Maggie O' Farrell, se convierte en otro de los imprescindibles con los que conocerla, admirarla, leerla y sentirla plenamente.

El título es muy significativo, en español ese Sigo aquí , es un seguir adelante a pesar de todo, requiere fuerza , lucha y ganas de vivir. También el título en inglés lo es: I am, I am, I am, que además es un verso de otra de mis admiradas escritoras, de Sylvia Plath.

En realidad, parece que es la primera incursión en la autobiografía que además, no tenía intención de publicarlo, puesto que lo que pretendía era decirle a su hija que a pesar de los inconvenientes, merece la pena luchar por la vida.

Bueno, se publicó y a mí me ha gustado mucho leerlo y así conocerla mucho mejor, porque además, es una de mis autoras preferidas y me ha llegado directamente al corazón, porque también me ha suministrado ayuda y aceptación .

Son diecisiete episodios , diecisiete experiencias de su vida muy cercanas a la muerte con las que tuvo que lidiar y luchar para mantenerse y conseguir no renunciar a nada.

Lo consiguió, con esa fuerza indestructible que anima a seguir, a apostar por el futuro y así tenemos a una de las mejores escritoras del panorama literario mundial . Muchas gracias Maggie O' Farrell.

Ha sido una gran lectura, duros y estremecedores momentos pero contados de forma directa, sin lejanía, con absoluta honestidad, y también lirismo, a la vez que se permite la reflexión que con su magnífica escritura te acerca pero también te aleja .

Es realmente indescriptible lo que nuestros sentimientos , que siempre afloran, nos permiten vislumbrar. Y tenemos reflexión e introspección .

El libro y los diecisiete momentos o diecisiete roces con la muerte, como lo subtitula, que en ellos se plasman, son de desigual intensidad y extensión, me ha parecido totalmente acertado ya que esta forma es precisamente, la que nos ayuda a conseguir parar, respirar y poder continuar.

Las historias se suceden sin el orden cronológico, es decir desordenados en la línea del tiempo, y dicho queda, es esencial en este tipo de recuerdos y enfrentamientos con la vida.

Son retazos de una vida que los divide ateniéndose a iniciar cada uno de ellos con la parte del cuerpo expuesta a ese roce con la muerte, el título y el dibujo expresado interiormente , cuello, 1990, pulmones, 1988, columna…., 1977, y el año del suceso, que nos sitúa, antes de la lectura, en el momento, en su momento en el estuvo expuesta a ese trágico suceso de supervivencia que nos explica .

Sin embargo, de las diecisiete experiencias de vida que nos relata, son todas suyas menos la última , que pertenece a su hija pequeña, que nació con una enfermedad del sistema inmunitario, y que a veces, la lleva al borde de la muerte.

Un libro con el que sentimos la fragilidad de nuestras vidas pero que nos acerca inevitablemente a la vida. Esto para mí ha sido muy impactante.

Es un libro donde lo que intenta es atrapar esos momentos difíciles de la vida en la que la muerte nos ha rozado, y en lugar de olvidarlos, como solemos hacer o al menos lo intentamos, ella nos los presenta con el fin de intentar poder entender las peculiaridades que la marcaron.

Y para mí ha sido una inolvidable lección llena de sentido. Y se puede producir un cambio importante con el que comprendernos.

Es un libro donde las cicatrices, la infancia, las relaciones y los instantes más dolorosos cargados de tensión se nos presentan como si fuese una novela en la que lo que pretende es hablarnos del significado de estar vivo.

Y dejando para el final uno de los episodios más duros que marcará toda su vida. Sin embargo, podemos entender así, mucho mejor, toda la energía que respiramos cuando leemos sus novelas.

Un libro que a pesar de todo, es cálido, intenso, tiene emoción y belleza en su prosa llena de precisión.

En definitiva, se trata de una interesantísima reflexión, sobre cada momento y etapa de nuestra vida. Impresionante.

Tres segmentos que emergen unidos en esta obra: la muerte, la vida, y la escritura.

A través de un último suspiro podemos componer nuestro tránsito por lo terrenal, sin ser conscientes al mismo tiempo de ese perentorio paso por la vida. Situaciones cruciales en las que el dolor y el miedo se imponen dejándonos una huella indeleble.

Sucesos fortuitos en forma de tropiezos, accidentes, como queramos denominarlos… pero si estuvieras a punto de casi palmarla, posteriormente, ¿lo contarías? Eso es lo que ha llevado a la autora a escribir este libro. En él, nos cuenta casi de forma biográfica, diecisiete historias en las que, a lo largo de su vida ha tenido un encuentro cercano a la muerte. Son relatos cortos, en los que Maggie te hace sentir esas experiencias casi como propias. Vivencias contadas en primera persona, pero sin connotación dramática alguna. Aunque, sí hay un capítulo especialmente doloroso, en el que se hace referencia a la maternidad con la descripción de un parto. Una descripción certera y dura de las que llegan la corazón.

El resto del libro oscila entre capítulos menos intensos, pero no menos interesantes, en los que resulta un placer dejarse llevar por la literatura de esta mujer, merecidamente premiada por varias de sus obras, por su estilo innato. «La primera mano que sostuvo la mía» y «Tiene que ser aquí», son obras suyas quizá superiores a esta que aún no he tenido oportunidad de leer.

Si lo pensáis detenidamente, seguro que no es tan casual que alguna vez, hayamos corrido riesgos de los que probablemente ni hayamos sido conscientes de esa efímera experiencia casi religiosa.

Una oda a la vida, muy recomendable.

“sɪ ᴛᴇ ᴅɪᴄᴇɴ ǫᴜᴇ ᴘᴜᴇᴅᴇs ʟᴏɢʀᴀʀ ᴛᴀʟ ᴄᴏsᴀ ʏ ᴠᴇs ǫᴜᴇ ǫᴜɪᴇɴ ᴛᴇ ʟᴏ ᴅɪᴄᴇ ʟᴏ ᴄʀᴇᴇ ᴅᴇ ᴠᴇʀᴅᴀᴅ, ᴛɪᴇɴᴇs ʟᴀ ᴘᴏsɪʙɪʟɪᴅᴀᴅ ᴀʟ ᴀʟᴄᴀɴᴄᴇ ᴅᴇ ʟᴀ ᴍᴀɴᴏ”.

𝗦𝗶𝗴𝗼 𝗮𝗾𝘂í ha sido para mí un “sí, pero no, pero sí”. Tanto que lo dejé a medias durante muchos días, porque no me motivaba seguir leyendo. Finalmente lo acabé del tirón en una tarde y los dos últimos relatos, los más extensos, me han hecho reconciliarme con el libro y con la autora.

Tenía altísimas expectativas en relación a esta colección de historias autobiográficas de Maggie O'Farrell y ese ha sido el problema. Las expectativas, malditas sean, que condicionan tanto la lectura, a pesar de que siempre trato de que no sea así.

Y es que es el conjunto lo que me ha decepcionado. de los 17 relatos que lo componen, me sobran unos cuantos, que me han parecido paja añadida para dotar de volumen a la novela. En ellos justificaba una relación con lo que ella llama “experiencias cercanas a la muerte” a lo largo de situaciones tan corrientes, que todos hemos vivido alguna vez, que me han hecho pensar si es necesario estar muy obsesionada con el tema para hacer esa conexión. Lo cierto es que quizás fuera esa la intención de la autora, que sintamos la fragilidad de la existencia, que veamos que la muerte siempre nos acecha, hasta en las situaciones más inocuas e insignificantes, pero, en mi caso, lo que ha hecho ha sido restar, apagar la luz de los capítulos que brillaban por sí mismos y que, lo reconozco, me han hecho emocionarme y hasta soltar alguna lágrima.

Seguiré leyendo a la autora, (tengo Hamnet a la espera), pues su forma de escribir sí me gusta y creo que tiene mucho más que contarme.

¿Os habéis sentido defraudados por las expectativas para bien o para mal?

Maggie O'Farrell es una autora que tenía en el punto de mira desde hace mucho. Cuando surgió la oportunidad de hacer una minilectura conjunta con la Tribu, me animé a leerla y la verdad es que lo he disfrutado.

Sinceramente, cuando lo terminé, pensé tengo qué reseñarlo, pero por dónde empiezo? Encontraré las palabras correctas sin desvelar mucho?

Sigo aquí es el primer libro que leo de ella. Para mí, ha sido un gran descubrimiento. Me ha gustado mucho su forma de narrar, oía su voz en mi cabeza. Narra de forma muy detallada, retratando momentos durísimos y muy crudos.
Sigo aquí es un conjunto de 17 relatos, 17 experiencias de la autora cercanas a la muerte. No es un libro sentimental. Son relatos crudos, duros, reflexivos. Maravillosos en el sentido que la autora es capaz de transmitir muchísimo con las palabras. Un libro que invita a reflexionar y a valorar la fragilidad de la vida.

Una de mis series favoritas, “A dos metros bajo tierra”, comienza cada episodio con una escena en la que alguien muere. Había muertes estúpidas, otras muy crueles, muertes inevitables tras una penosa enfermedad, otras debido a un terrible accidente. Los protagonistas eran una familia que se dedicaba al negocio funerario, de ahí este festival de decesos. Aunque la muerte sobrevolaba la serie, no dejaba de ser un “mcguffin” para recordarnos que ante la fragilidad y aleatoriedad de la vida, solo nos queda una cosa: vivir lo más satisfechos que podamos, porque nunca sabremos cuándo se acabará este juego.

Me acordé mucho de “A dos metros bajo tierra” leyendo “Sigo aquí”. Se trata de un conjunto de relatos autobiográficos, algunos de solo 2 o 3 páginas, otros más largos, donde la escritora irlandesa recuerda experiencias cercanas a la muerte que ha sufrido, o al menos donde su integridad física se vio amenazada (o así lo creyó ella). Cada capítulo se titula e ilustra con la parte del cuerpo que corrió peligro (por un virus, una enfermedad rara, un accidente, un parto por cesárea, e incluso encuentro con criminales…).

El libro se cierra con el que, para mí, es el mejor relato de todos, el dedicado a su Hija, que, evidentemente, se titula así. Porque fue parte de ella. Porque sigue siendo parte de ella.

Una narración bellísima y delicada, escrita desde un lugar muy profundo, el de la aceptación, porque no le queda otra, de una madre ante el dolor y el peligro que sufre su hija debido a varias alergias potencialmente mortales. Es la aceptación de que no puede vivir en una burbuja de cristal, y que necesita vivir y disfrutar de la vida como cualquier otro niño. Es la aceptación de que cualquier momento puede ser el último.