Instrucciones para una ola de calor

Londres, 1976. En plena ola de calor Robert Riordan desaparece sin avisar y sin dejar rastro alguno. Su mujer, Gretta, convoca a sus hijos Michael Francis, Mónica y Aoife para emprender su búsqueda.

La ola de calor, agobiante, nos sirve como excusa para conocer la también agobiante historia familiar y personal de los protagonistas. Poco a poco O'Farrell nos va desvelando datos hasta completar el cuadro de una familia caótica en la que todos guardan secretos y rencores que han ido marcando sus infancias y posteriores vidas adultas.

La historia está narrada en tercera persona, pero es fácil empatizar con los personajes, siendo estos muy complejos y muy bien desarrolados a nivel psicológico, muy reales y humanos. Transcurre en tan solo cuatro días del mes de julio de 1976, pero a través de los recuerdos de los personajes vamos saltando en el tiempo, hacia adelante y atrás, desde la juventud de los propios padres hasta el momento presente, repasando momentos cruciales de cada uno de ellos.

La desaparición del padre de familia casi es lo de menos, porque lo que creo que intenta transmitir esta novela es lo complejo de las relaciones familiares, las dependencias, los apegos y desdapegos, la memoria y los traumas, etc. También, aunque quizá de una forma más "superfecial", la autora nos hace plantearnos cuestiones históricas como el conflicto entre Irlanda e Inglaterra, o la guerra de Vietnam, con sus consecuentes dilemas morales. También están presentes cuestiones religiosas y, creo, una velada crítica a ellas.

Está muy bien escrita, te mantiene enganchada ya que, como he dicho, va resolviendo cuestiones y desvelando secretos muy poco a poco a lo largo de toda la novela. Confieso que la primera mitad se me hizo algo lenta y me desanimaba tanta infelicidad, pero después adquirió una agilidad diferente y, al ir comprendiendo más las cosas y sus porqués, me gustó más la lectura, disfrutándola y acabándola casi del tirón.

He leído opiniones que consideran esta obra una maravilla. A mí no me lo ha parecido. Sí me ha gustado, sí me parece entretenida y me gusta la manera de abordar el tema de los conflictos familiares y cómo las mentiras pueden herir una relación, pero tampoco es para tanto. Creo que también influye que, pese a comprender ciertas actitudes de los protagonistas, no he conseguido que ninguno de ellos me despierte demasiado cariño.

Recomendable para pasar un rato ameno y disfrutar descubriendo y encajando piezas de una trama muy bien escrita e hilvanada, pero, para mí, una lectura prescindible.