Hamnet

Hamnet no iba a ser lo primero que leyese de Maggie O'Farrell porque la figura de Shakespeare no me despierta demasiado interés, pero ha sido el libro de enero del club de lectura de Laura en @bibliosmataro y me apetecía leerla. Qué difícil es no formarse ideas preconcebidas de un libro que se ha visto en tantas publicaciones y qué fácil es que esa venda de suspicacia se caiga cuando la novela te pilla desprevenida y te atrapa desde el principio.

Shakespeare está ahí, pero no es el foco, de hecho ni siquiera se le menciona por su nombre. Por el contrario, la autora nos acerca a lo que pudo ser la vida de los que lo rodearon: su mujer, Agnes; su hija Susanna y Judith-Hamnet; los demás familiares. Maggie recrea el relato individual de una familia dentro de un periodo histórico, ficciona a partir de los pocos hechos conocidos del famoso dramaturgo. Y qué bonito lo hace.

La primera parte narra los comienzos de la pareja y presenta a una mujer diferente, independiente y misteriosa, otra cara de la imagen que se había dado de Agnes. Esos retazos del pasado se intercalan con capítulos del presente con Hamnet, Judith y la peste como protagonistas. Y de pronto esas páginas llenas de naturaleza, sabiduría, amor y hogar (aunque el hogar a veces incluya violencia), se vuelven tragedia, se tornan grises y llenas de amargura. Para mí Hamnet, sobre todo, habla del duelo por la pérdida. Y me parece que lo hace de manera precisa, con imágenes sencillas y evidentes, pero de una forma preciosa. El modo en que Maggie escribe, acercándose a lo que quiere describirnos con detalle y de varias formas distintas, me hechizó (y no puedo explicar por qué, ya que esto es algo que en otros autores, a veces, me ha irritado) y un par de capítulos como el de la pulga o el de la excursión a Londres se me quedarán grabados por mucho tiempo.