Michael y Caitlin son amantes desde hace 25 años. Una vez al mes se encuentran en el mismo hotel de Coney Island, donde una habitación se convierte en un reducto donde esconderse y escapar de sus rutinarias e insatisfactorias vidas. Sin embargo, el tiempo pasa de manera inmisericorde y con él una vida que con nuevas noticias amenaza con separarlos definitivamente. Esta vez hay que tomar decisiones. Esta novela, tranquila e intimista, nos lleva a reflexionar sobre el paso del tiempo, sobre la vida y sobre cómo ésta, sin que podamos hacer nada por evitarlo, irá condicionando nuestros pasos porque fuera de Coney Island no somos islas y, por encima de los deseos y de la individualidad, nuestra responsabilidad personal, o lo que se espera que lo sea, termina por imponerse. Buena historia, prosa elegante, pero quizá no era mi momento y ha habido ratos de aburrimiento soberano. Aún con un buen planteamiento pasa por mí sin pena ni gloria. Aunque bien mirado la reflexión no implica acción. Y esto va de darle vueltas y vueltas al pasado y al presente, de la ilusión al dolor, de la esperanza a la nostalgia, al amor y al desamor, a la aceptación de la madurez, a la conciencia de finitud. Del amanecer al ocaso, pasa la vida. Te esperamos en Entre Libros. + Leer más |