Lord Byron, medía un metro setenta y cinco, tenía una malformación en el pie derecho, el pelo castaño, una palidez asombrosa, sienes de alabastro, dientes como perlas, ojos grises ribeteados por pestañas oscuras y un encanto al que ni mujeres ni hombres podían resistirse. En él todo era paradójico: era introvertido y extrovertido, guapo y deforme, serio y gracioso, derrochador y, a veces, mezquino, y poseía una inteligencia feroz pero enjaulada en la magia... >Voir plus