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La protagonista Bea es arquitecta en Madrid con novio. Tienen una lista cada uno de personas con las que estaría permitido tener un affaire. Pues ya es mala suerte que su chico se encuentre con una de las personas de lista y Bea les pille in fraganti, pero vamos, que no fue más que un beso. Estas cosas pasan por jugar con fuego, que te acabas quemando. Pierde al novio, pierde el trabajo y Bea se marcha a Santander, a su casa, con su familia, su madre, sus hermanas una casada con un bebé y la otra divorciada con un hijo. Allí conoce a Víctor con el que tiene sus más y sus menos, con el que tiene que rozar porque comienza a trabajar para un estudio de arquitectura y es la encargada de uno de los proyectos. Bien, el libro me ha parecido divertidísimo, muy ameno, ágil y entretenido, momentos surrealistas, como la escena del baño o la linterna, la mayor parte del libro son diálogos, lo que hace que avances mucho en su lectura y te dure el libro dos suspiros. Si no le doy más nota es por dos motivos: El primero es porque uno de los personajes tiene una condición física especial y nadie se ha enterado de nada salvo uno de los personajes que le cuida (esto lo cuento así para no explicar más la trama). No está nada bien tratado este tema, si la escritora hubiera leído lo mínimo le hubiera dado la vuelta a esa parte de la trama. Lo segundo el final es surrealista, me hace mucha gracia que los ricos siempre tengan salida a situaciones económicas comprometidas y los pobres no.. y además a lo grande. El libro es divertido, ameno, te ríes mucho pero si no conoces algunos de los temas que trata porque si es así, también te ríes pero de pena. |
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