“La piedra pagana” ha sido el libro que más me ha gustado de la trilogía. En esta ocasión la parte romántica la llevan Cybil y Gage, dos personajes que me han enamorado por completo. Son personajes que a lo largo de su vida han pasado por momentos muy duros y difíciles: en el caso de Cyibil, la pérdida de su padre hizo que su familia se desestructurada por completo y que su madre fuera una figura ausente durante el resto de su niñez y adolescencia, y Gage tuvo que soportar a un padre alcohólico y maltratador. Estas circunstancias han hecho que forjen una personalidad donde no se permiten ser tan sentimentales y que tengan cierta frialdad y dureza a la hora de expresarse y enfrentarse a los problemas. Por todo esto, vemos como su relación se va cociendo a fuego lento, porque cuando dos personalidades tan fuertes se encuentran es inevitable que les sea más difícil expresar y aceptar algunos sentimientos que quizás antes no se habían permitido exteriorizar. Y a pesar de que la autora te plantea un pasado duro y difícil de la pareja, no hace que todo sea dramático sino al contrario, desde el primer momento Cybil y Gage reconocen que hay ciertas heridas que aún no han cerrado y que lo que están sintiendo el uno por el otro va a ser complejo de gestionar y que ambos necesitarán su espacio para hacerlo. Ahora, la parte paranormal flojea un poco en el sentido de que a lo largo de la trilogía se describe a este ser demoniaco como cruel, sanguinario e implacable pero el enfrentamiento final entre los protagonistas y el demonio es muy pobre. Es cierto, que antes de esa lucha final si se describen algunas escenas y apariciones del demonio que tienen un toque más de terror pero en general el final es muy feel good . Ojo, que era lo que pedía la historia pero eso no quita que me hayan faltado toques más oscuros. En general, es una trilogía que he disfrutado y que me ha hecho descubrir un género que nunca antes habría imaginado leer. + Leer más |