Año uno

Nora Roberts es de sobra conocida y una servidora ya se ha leído unos cuantos libros suyos. Sin embargo, Plaza&Janés me sorprendió cuando anunció la publicación de esta saga suya, que no conocía, y que además tiene una temática paranormal. E incluso no solo es paranormal, sino que incluiría además el término postapocalíptica.

Me llamó mucho la atención y me produjo mucha curiosidad, para mí era un subgénero en el que no estaba acostumbrada a leer a Roberts y sin dudarlo quise darle una oportunidad. No voy a negar que mi experiencia previa con esta autora había sido ambigua, ya que aunque sus libros tienen una buena narración y suelen empezar bastante bien, sus finales me dejaban un poco “meh”. No eran historias redondas y siempre me quedaba con los ánimos templados.

Año uno es un libro que nos introduce una saga y es muchísimo más introductorio de lo que yo pensaba, lo que juega en su contra. El principio, al igual que otros libros que he leído de la autora me atrapó y me sumergió en ese ambiente de caos. Sentí lo horrible que sería todo y como el sistema colapsaría. Pero luego llegó el momento de introducir el elemento paranormal, que en esta variante se traduce por gente con poderes. Esto fue un choque terrible con lo que nos habían contado anteriormente y con el estilo de narración que se centraba en luchar con una enfermedad… Ahí, las expectativas cayeron.

También nos encontramos ante una historia coral, los capítulos tienen diferentes narradores y la historia de algunos resulta más interesante que la de otros. Hay varios grupos y cada historia avanza poco porque están muy repartidas y eso evita que nos impliquemos de verdad con los personajes y que al final nos quedemos aún más con la sensación de que ha sido todo muy introductorio.

El romance, ya que es difícil que estemos ante un libro de Nora Roberts sin romance, ha sido flojo. Es una historia de amor que ya está comenzada y en la que todo va muy bien y es color de rosa, todo menos el trasfondo en el que la Tierra se va al garete. No hay tensión, por tanto, y ocupa una parte secundaria de la novela, nuestro interés se centrará en otras cosas.

En mi caso he sido incapaz por preocuparme de lo que le sucedía a los personajes y ni las muertes me han impactado. El final me dejó muy fría y un poco enfadada porque luego de relacionar lo que sucede con el nombre de la saga creo que sé por donde ir y mi reflexión final es que este ha sido uno de los preámbulos más largos que he leído, tanto que de él han sacado un libro entero. Y aburrido, al menos para mí.


Me parece que no ha sido una idea acertada, diría que la historia de verdad empezará en los volúmenes siguientes y esto es algo así como “los orígenes”. Corta el deseo de seguir leyendo una saga en la que es probable que los personajes protagonistas sean de una generación diferente y de los que apenas sabemos nada. Las sagas enganchan porque queremos saber qué les sucede a esos personajes que nos gustaron tanto, si no tenemos esa sensación es difícil que nos animemos con los libros restantes.

Mi intrusión en este género de la mano de Roberts no ha sido fructuosa, lo lamento porque sigo sin encontrar un libro suyo que me sorprenda, creía que este sería el indicado y empezó muy bien, pero no ha podido ser. Estaré atenta a las opiniones de sus fans más fieles para ver qué opinan, en especial ante esta idea de crear un primer libro tan introductorio. Quizá haya personas que sí disfruten la saga y el tema paranormal que aquí se presentan les entretengan. Para mí lo mejor que el principio y el misterio de saber qué provocó esa epidemia. En cuanto al resto, creo que no será una saga que continúe.