ASYA

Esta novela me llamó por su ambientación. Las historias que transcurren en Rusia suelen resultarme muy atractivas, especialmente si el tiempo en el que se desarrolla la acción no es el actual sino uno muy anterior.

Nadia Noor nos regala con Asya una trama con una premisa que inevitablemente me ha recordado a Romeo y Julieta: un par de enamorados que pertenecen a familias enemistadas. En este caso el desenlace no es tan trágico, es más, como novela romántica al uso y fiel a las directrices del género, su final dista bastante del que nos muestra Shakespeare en su aclamada y famosa historia. Pero aún así, nos encontramos con un par de muchachos cuya destino está marcado por los problemas que existen entre sus familias y cuyo amor les hará sufrir lo indecible por saber que es el causante del sufrimiento de sus seres queridos.

He disfrutado bastante de los personajes, cada uno en su papel y los protagonistas sabiéndose ganar el corazón del lector. Y especialmente, como ya preveía, de la ambientación. Nadia consiguió engancharme a una historia con la que me he sentido cómoda, aunque lo hubiera estado aún más si los diálogos hubieran sido algo más naturales, algo menos impostados. Sí, he percibido a veces en las conversaciones entre los protagonistas cierto encorsetamiento, y es que reconozco que en la novela romántica disfruto muchísimo de los intercambios dialécticos de las parejas cuando estos están llevados con naturalidad, cercanía, cierta ironía o descaro o, si procede, hermetismo, ¡claro que sí! Aquí los he encontrado un poco rebuscados en ocasiones, he sentido que en momentos álgidos la prosa entre ambos era demasiado... impostada, rebuscada...

Independientemente de eso, que en el fondo es subjetivo, creo que el personaje femenino es fabuloso. Una mujer que desafía el rol establecido en su época, que lucha por lo que ama (y hablo de todos los tipos de amor), con capacidad de sacrificio y también la fortaleza para saber en un momento dado que ella es la ecuación más importante de las matemáticas de su vida. Y puede que últimamente se esté convirtiendo en tópico este tipo de personajes, pero... ¡qué gusto da tenderles la mano! y... ¡qué necesarios siguen siendo!

Y además, ¡qué maravilla toparse con una novela que destila amor por los animales! En Asya estos tienen un papel importante y entrañable, es más, los momentos que he sentido más emotivos tenían una relación estrecha con el mundo animal que rodeaba a Asya. Tienen un papel tan importante que algunos de ellos pueden considerarse parte del elenco de esta historia.

Aunque no se convierte en una más de mis favoritas de este premio literario, he disfrutado mucho con su lectura y he descubierto a una autora a la que no me importará en absoluto volver.


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