Y la diosa (Ino) tomó cuidado de él; cuando era aún un niño y lo puso a conducir un carro de carnívoros leones
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Y la diosa (Ino) tomó cuidado de él; cuando era aún un niño y lo puso a conducir un carro de carnívoros leones
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Trueno, ¿es que a ti también te ha abandonado mi Zeus que reúne las nubes? ¿Quién se ha apoderado otra vez de ti y ha dejado desnudo a su poseedor?
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Sólo a Dioniso otorgó Rea la amatista que salva al bebedor de las cadenas de la locura
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Yo soy más fuerte que todos vosotros. Pues si mi vino está ausente de la mesa, los banquetes pierden su deleite y las danzas carecen de encanto
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El amado cadáver se irguió, como una víbora que repta, hasta tomar por sí solo su propia forma. Así llegó a ser la dulce flor. En la transformación del cadáver su estómago se convirtió en un enorme tronco; sus manos crecieron como ramas, mientras sus pies echaron raíces; sus bucles eran racimos y su piel de cervato se tornó en la flor multicolor del fruto creciente; su esbelto cuello, en un ramo de vides
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Tú diste penas a Dioniso, el libre de pesares; pero cuando crezca tu vino, de gotas de miel, brindarás deleite al cosmos entero, de cuatro partes; otorga la libación para los Bienaventurados y bienaventuranza a Dioniso. El soberano Baco lloró para liberar a los hombres del llanto
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Yo convertiré a tu niño en un dulce néctar, que enciende el deseo de beber
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Está vivo, tenlo por seguro, tu muchacho, y no ha de atravesar las aguas del Aqueronte; tu queja logró hacer revocables los inflexibles hilos del Destino, que no cambia su rumbo
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Febo concedió Zeus el mántico laurel; y las rojas rosas a la rosada Afrodita; el claro retoño del olivo a Atenea, de ojos claros; y espigas a Deméter, viñedos a Dioniso
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Así navegaban ellas (las Horas) por las crestas del Océano del Poniente, hacia la morada de su padre Helio
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Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises