1795

"1795" es el último libro de la trilogía de Estocolmo, la ciudad entre puentes, del autor Niklas Natt och Dag, que nos ha acercado a la Suecia de finales del siglo XVIII.

A través de la historia que nos cuenta, nos acercamos a unos personajes muy bien definidos que ya encontramos en las dos primeras entregas, otros se quedaron por el camino y otros nuevos aparecen en ésta tercera. Una trilogía diferente, contada de manera original, con mucha crudeza, transportándonos a una realidad de pobreza y suciedad, donde impera la corrupción y la maldad.

Con esta última novela se cierra el círculo y conocemos el destino de los diferentes personajes a los que hemos querido u odiado, con los que hemos empatizado y sufrido o hemos aborrecido. Un final bien armado que se resuelve de tal manera que deja al lector con la sensación de una acertada y plausible conclusión. Esa es al menos mi personal impresión.

Una lectura dura, no apta para estómagos muy sensibles, pero muy recomendable a mi parecer, más aun si has leído las dos anteriores y te han gustado.

¡Feliz lectura!

A ver por dónde empiezo a hablaros de este libro... quizás deba comenzar por recordaros que la primera entrega de la trilogía, "1793", me pareció espectacular y su segunda parte, "1794" más o menos igual, así que estaba deseando leer el final de esta historia, pero un año ha sido una larga espera y no ha jugado a su favor.

Quería finalizar la trilogía valorándola por todo lo alto con cinco estrellas como cinco soles, pero no va a poder ser, aunque la valoración general por mi parte de los tres libros, sería un notable, sobre todo ahora, que ya están todos publicados y no tenéis que esperar para leerlos.

Esperar a que se publique la continuación de una serie que te está gustando siempre da rabia, no tanto por la espera, que también, sino porque, al menos a mí, los detalles se me van difuminando y ese ha sido mi primer problema con el libro.

Aunque recordaba perfectamente cómo había terminado el segundo libro, y este comienza con un corto prefacio que arranca exactamente en ese punto, me estaba costando bastante meterme en la historia. Me acordaba de los personaje principales, pero iban surgiendo nombres (suequísimos, lógicamente) que no recordaba muy bien quienes eran y me estaban lastrando la lectura, así que decidí parar y leer de nuevo la última parte del segundo libro.

Debo admitir que eso refrescó mi memoria y me ayudó a recordar a los personajes y algunos hechos que ya se habían borrado de mi cabeza, lo que me permitió continuar la lectura con más fluidez, aun así, mi sensación general tras terminarlo es que la trilogía bien podía haber sido una bilogía. Es como si la historia de "1794" hubiera resultado demasiado larga para un solo libro y necesitaba este para terminarla, pero añadiendo cosas que para mí lo que han hecho es estirar la historia demasiado. de todos modos, reconozco que aunque he tardado en conectar con la novela, al final estaba deseando saber cómo iban a terminar estos personajes y me ha gustado, pero desde luego no de la misma forma que su predecesoras.

"1795" se estructura de forma parecida a los libros anteriores, además del prefacio ya comentado, la novela se divide en cuatro partes y un epílogo final. Las tres primeras partes transcurren durante la primavera y verano de 1795:

- En la primera parte Emil Winget y Mickel Cardell emprenderán una búsqueda por separado tras los hechos ocurridos al final de segundo libro, el primero intentará encontrar a Tycho Ceton, personaje odioso donde los haya y fundador del orfanato que ardió hasta sus cimientos, y el segundo, a Anna Stina, ese personaje con tan mala suerte en la vida que ya conocimos en la primera entrega y que ha sufrido una terrible pérdida de la que Cardell se siente absolutamente responsable.

- En la segunda parte, será Tycho Ceton el protagonista y el lector descubrirá qué ha sido de él desde el incendio, donde se estaba escondiendo y qué estaba planeando mientras Winget intentaba encontrar su rastro.

- En la tercera parte, lógicamente, veremos qué ocurrió con Anna y de su mano nos encontraremos con un pequeñajo de apenas 11 ó 12 años, que me ha gustado especialmente y que tan importante será para Anna durante un tiempo.

Por supuesto en la cuarta parte de la novela es donde todo acabará confluyendo y donde se resolverá el final de la historia.

Para mí, una de las cosas más importantes de las tres novelas es la propia ciudad. Es algo que desde el primer libro destaca sobremanera y en esta entrega ocurre lo mismo. Tienes la misma sensación de suciedad, de asfixia, de inmundicia que rodea a los personajes y que por momentos resulta absolutamente desagradable. Durante la lectura hay muchas escenas en las que uno agradecería menos precisión, pero en mi caso, al menos, ha habido una escena en concreto en la que se ve implicada Anna, que de verdad, me ha revuelto completamente el estómago y que ha sido... ¡uf! repugnante.

Está claro que la ambientación es uno de los puntos fuerte del autor y la utiliza para transportar al lector al centro de la historia, sin embargo y después de dos novelas, esto no resulta novedoso, aunque siga siendo admirable.

Por otro lado, el lector también sabe ya como es Tycho Ceton y aunque aquí conoceremos algo más de su pasado, todo lo que hace, digamos, para intentar volver al "status" que cree que le corresponde, me ha resultado un poco rellena páginas, aunque hay que reconocer que cuando aparece en escena, el libro va tomando ya otro ritmo.

El final me ha resultado un tanto desolador, pero es que la vida en general en la Suecia de las tres novelas es desmoralizadora y deprimente, realmente no tienes que sensación de que nadie salga ganando en una época como la de estos libros. Salvo que sean ricos, el resto de las personas malamente sobreviven en las calles de una ciudad sucia y descuidada en la que o te mueres hambre, o de frío o te asas de calor.

Cuando acabas este libro y también los anteriores, tienes ganas de aire y agua fresca, es como salir de un túnel oscuro, donde la miseria, la tristeza, la culpa, el abuso de los ricos sobre los pobres campan a sus anchas y por más que desees que los personajes tengan suerte, uno no sabe muy bien qué puede significar eso en esa época.

En general os diría que leáis la trilogía porque en su conjunto vale mucho la pena. Leer esta novela sin haber leído las anteriores creo que resultará confuso y realmente no entenderás los motivos de esa búsqueda que emprenden los personajes protagonistas, además la historia de Anna hay que conocerla también desde el primer libro. Para mí ha sido una pena que no me haya enganchado tanto como los anteriores, y durante un momento pensé que no iba a entrar en la historia, así que me alegro de que al final no haya sido así.

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Tercer libro de la trilogía.

El libro arranca con una escena del libro anterior, el incendio del orfanato, por tanto es altamente recomendable haberse leído el anterior, aunque luego a lo largo del libro se mencione de forma resumida.

Al principio me ha costado un pelín identificar/recordar quién era alguno de los personajes que van apareciendo -¡esos nombres impronunciables!-, pero poco a poco los vas ubicanbdo.

La primera parte está contada desde punto de vista de Emil Winge y Jean Michel Cardell, te deja con la sensación de que no ocurre nada, no hay casi acción, ambos deambulan por Estocolmo buscando el paradero de Tycho Ceton, mientras Cardell intenta encontrar a Anna Stina Knapp. La gran protagonista es la cuidad, su miseria, el clima, sus habitantes, sus instituciones, ... ya conocidas por los libros anteriores, te deja con la sensación de que no aporta nada nuevo. !Le falta algo!. Algunas escenas se reanudan después a lo largo del libro.

El libro empieza a cobrar algo de vida cuando aparece en escena Tycho Ceton y nos relata su versión a partir del incendio, dónde se ha escondido, cómo ha conseguido sobrevivir, cuál es su pasado y su obsesión. Su nuevo plan para volver a congraciarse con los Euménides. Un plan cruel y un tanto desagradable, como era de esperar, que le permita recuperar su posición, aquello que según él le han robado y por ello su afán de venganza, no dudando a la hora de manipular a alguien muy cercano a Cardell.

Este libro está dedicado a la culpa, el sentimiento de culpa y en parte en los culpables. La culpa es una pesada carga que te oprime y condiciona tu día a día. Cada cual la lleva como mejor puede, algunos no consiguen liberarse. Tal vez la temática junto a una ciudad deprimente, han contribuido a que algunas partes me resultasen un poco más tediosas de leer. Las diatribas filosóficas sobre la Fe, el bien y el mal, las herejías, la homosexualidad, ... tampoco han ayudado a que me resulte más ameno.

En esta entrega, me ha gustado más el personaje de Cardell que el de Emil.

Mencion especial al rescate del personaje de Elías, un huérfano de doce años que estaba en el orfanato incendiado, un sobreviviente nato, que denota una gran madurez, ingenio y responsabilidad cuando se hace cargo de una persona que no puede valerse por sí misma, alimentándola casi como un pararillo, cuidándola y aseándola con los pocos medios que consigue. Loable el fin que tenía Elías, "rescatar" a otra persona. Lástima para Elías que aquí prime la inocencia del niño al adulto y que no pueda soportar la realidad, una realidad cruel menos bonita de lo que esperaba.


La trilogía queda cerrada. Muchos de sus personajes encuentran un final, alguno sobrevive o tal vez sería más correcto decir que siguiendo el espíritu del libro más bien malvivirá mientras pueda, en alguno puede que aún haya esperanza.

La ambientación es tan buena que la trilogía resulta un poco deprimente. Tampoco ayuda a mejorar los ánimos la temática de los libros: la miseria, la maldad intrínseca en las personas o el sentimiento de culpa. La crítica a las instituciones es feroz. Los gobernantes y sus dos bandos conspirando también salen mal parados -aunque aquí tengo que reconocer que me pierdo un poco con la historia de Suecia-. Es una constante, con mayor o menor peso en cada libro, que la mayoría de sus habitantes viven/malviven en la miseria y la insalubridad, expuestos a las inclemencias del clima, al hambre, a los abusos.

Teniendo en cuenta que al libro le falta algo hasta que entra en escena Tycho y alguno de los detalles que he mencionado, mi valoración es un poco más baja que los anteriores. Y no sé si en caso de haber continuado la serie, si leería un cuarto libro. Acabo echa polvo después de leerlos.

Valoración: 7,5/10
Lectura: junio 2022

Que ganas teníamos de poder leer “1795” y cerrar la aclamada trilogía Bellman noir del escritor sueco Niklas Natt och Dag que, para quien no lo sepa, tiene pedigrí aristocrático al pertenecer a la histórica y nobiliaria familia sueca Natt och Dag, una de las familias más influyentes en Suecia durante los siglos XV a XVII.

Si cuando reseñamos “1794” os dijimos que, a pesar de ser la segunda parte de una trilogía, se podía leer perfectamente ya que, a pesar de tener personajes y tramas que continúan con respecto a la primera entrega, los protagonistas se enfrentaban a la resolución de un caso nuevo, en esta ocasión no os podemos decir lo mismo ya que “1795” comienza justo en el punto justo donde finaliza “1794”, lo que hace imprescindible haberse leído previamente la segunda parte de esta trilogía.

Como en sus partes predecesoras, en “1795” el sueco Niklas Natt och Dag vuelve a emplear diferentes líneas argumentales para conducirnos a través de distintos caminos hacia un final conexo para todas las tramas. Así pues, la estructura de la novela está dividida en cuatro partes totalmente diferenciadas, centradas en los diferentes personajes e historias que sostienen la trilogía.

En la primera parte nos reencontraremos con Emil Winge y Mickel Cardell. A pesar de estar sumidos en sus propias tinieblas personales, de sus encontronazos y de sus conductas autodestructivas, consiguen ponerse de acuerdo para emprender por separado la búsqueda de dos personajes que desean encontrar a toda costa por motivos bien distintos. de esta manera, Emil Winge tratará de localizar el paradero de Tycho Ceton, personaje odioso donde los haya y fundador del orfanato que ardió hasta sus cimientos, mientras que, por su parte, Mickel Cardell tratará de encontrar algún rastro que le pueda acercar a Anna Stina Knapp, un personaje con muy mala suerte en la vida y que recientemente que ha sufrido una terrible pérdida de la que Cardell se siente absolutamente culpable. Tengo que avisaros que esta primera parte se hace un tanto lenta y pesada ya que da sensación de que no ocurre nada, no hay casi acción y ambos deambulan por Estocolmo sin ton ni son.

En la segunda parte seguiremos los pasos de Tycho Ceton después del incendio del orfanato y cómo y dónde ha logrado sobrevivir a esta desgracia. A lo largo de estas páginas también descubriremos cual es el cruel plan que tiene Tycho Ceton para volver a su “status” y recuperar el beneplácito y reconocimiento de los miembros de la organización Euménides, unos ricos burgueses que buscan diversión a través de placeres prohibidos.

En la tercera parte conoceremos a un nuevo personaje como es Elías, un niño huérfano de doce años que emplea todo su ingenio para sobrevivir y que “enconde” un gran secreto.

Si ya nos cuesta revelar poco respecto a las anteriores partes de esta novela, menos todavía podemos decir acerca su cuarta parte donde se pondrá final a la trilogía.

“1795” es un libro donde predomina el sentimiento de culpa entre sus personajes, donde cada cual la lleva como mejor puede sin que algunos consigan liberarse de ella.

Al igual que en las anteriores entregas, la ambientación es uno de los puntos fuertes por lo que la ciudad de Estocolmo vuelve a jugar un parte muy importante. de la mano de las minuciosas descripciones que realiza Niklas Natt och Dag el lector volverá a caminar por una ciudad llena de miseria, podredumbre, enfermedades, abusos sociales, realizando una feroz crítica a las instituciones gobernantes. No obstante, tenemos que decir que después de dos novelas, estas descripciones ya no resultan novedosas a pesar de que sean magníficas para situar al lector en contexto y situación.

El talento de Niklas Natt och Dag es innegable. Los personajes de esta trilogía son de los que no se olvidan y te dejan huella. Pero sin duda, su mejor arma es su prosa, esa minuciosidad en las descripciones que consiguen traspasar las páginas y hacerte ver, oler y sentir todo lo que sucede dentro de la novela creando una historia que deja poco o nada al azar o a la mente del lector, quedando todo muy bien atado y contando hasta el más mínimo detalle.

Como no podía ser de otra manera, esta oscura trilogía tiene un final un tanto desolador para sus protagonistas donde tienes la sensación de que nadie sale ganando en una época ya que, en esa época, salvo que seas ricos, el resto de las personas malamente sobreviven en las calles de una ciudad con un clima terrible donde te mueres hambre, de frío o de alguna enfermedad.

No obstante, como suele pasar en algunas ocasiones cuando lees trilogías, tener que esperar durante un buen tiempo a que salga la nueva entrega puede conllevar a que el lector se desconecte un tanto de la lectura y la trama. En este caso, tener que esperar un año para poder leer la última parte de esta trilogía ha hecho que durante la primera parte del libro estuviéramos un tanto desubicados tratando de recordar personajes y situaciones que acontecieron en la anterior entrega, lo que puede hacer que la lectura sea un poco tediosa.

Con “1795”, Niklas Natt och Dag pone el colofón final a una magnífica trilogía de thriller histórico ambientada a la perfección, con unos personajes construidos a las mis maravillas y con tramas que absorben al lector desde la primera a la última página. Sin duda, recomendamos la lectura de esta trilogía ya que estamos seguros de que disfrutaréis mucho.

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Esperaba como agua de mayo la publicación de este noir histórico que pone fin a la trilogía sobre el Estocolmo de finales del siglo XVIII. Una novela en la que me costó sumergirme al principio porque apenas recordaba nada de lo ocurrido en “1794”, tan solo algo de sus míticos y sufridos protagonistas y del terrible acontecimiento con el que se cerró la historia. Será en este mismo punto donde se va a iniciar “1795”, de ahí que sea absolutamente necesario haber leído, como mínimo, la anterior entrega. de este modo podremos entender el trasfondo de esta trilogía y que todo cobre sentido para el lector.
Poco puedo contar sobre su argumento sin arriesgarme a soltar algún spoiler, tan solo deciros que tras el incendio de un orfanato, una terrible tragedia que ha acabado con la vida de un centenar de niños, Anna Stina Knapp y Tycho Ceton están en paradero desconocido, mientras que Mickel Cardell y Emil Winge, nuestros dos abnegados investigadores, intentan localizarlos por distintos motivos. Todo esto mientras el infierno se cierne imparable sobre la bulliciosa ciudad de Estocolmo, que se encuentra sumergida en las procelosas aguas de guerras intestinas por el poder...
Una novela cuyo tema principal sobre el que pivota todo su argumento es el de la culpa y que, al igual que ya ocurriera en las anteriores entregas, se articula en cuatro grandes bloques, cada uno de ellos con sus respectivos capítulos de corta extensión. Bajo la batuta de un narrador omnisciente, que posiciona el foco de atención sobre cada uno de sus personajes, el autor ha conseguido tejer un oscuro tapiz que traslada al lector hasta las profundidades más miserables de una sociedad sueca depravada y libertina entre las clases más altas. Con unas descripciones vívidas de los ambientes, tan realistas y duras como en anteriores entregas, se pone de relieve la corrupción del poder y la perversión de la naturaleza humana en sus múltiples facetas. Una época gris y pobre en medio de una resaca política donde el café y los coloridos ropajes están prohibidos, y el mal, las enfermedades, el crimen y la violencia acechan en cada esquina.
Acompañaremos a sus protagonistas en su lucha diaria por la supervivencia en una época marcada por la incertidumbre. Thycon Ceton está escondido, cual conejo en su madriguera huyendo de sus depredadores, pero maquinando nuevas maldades para ponerlas en práctica ante la hermandad secreta de Los Euménides; Cardell, desfigurado más si cabe y ahogado en un sentimiento de culpa que le corroe el alma, necesita la redención y se ha impuesto como únicos objetivos encontrar a Anna Stina, desaparecida tras el devastador incendio de la inclusa, y localizar al responsable de esta masacre. Para ello contará con la inestimable ayuda de Emil Winge, el hermano de nuestro querido Cecil. La ciudad de Estocolmo, pérfida como Sodoma y Gomorra, se convierte en un personaje verdaderamente relevante de esta trilogía. Un lugar decadente, sucio y maloliente, de sinuosos callejones y lúgubres barrios, donde los más vulnerables, mujeres, mendigos y vagabundos de toda laya, mantienen una lucha diaria por la supervivencia, malviviendo en condiciones insalubres, hacinados en un hábitat despiadado, un estercolero que apesta a sangre, orina y vómitos. Es como si la podredumbre tomara cuerpo en la ciudad entre puentes y sus habitantes.
He finalizado su lectura con sentimientos encontrados, no la he disfrutado tanto como las anteriores novelas. Me ha gustado el estilo narrativo del autor, pero había momentos en que la historia se estancaba, parecía no avanzar y le faltaba una buena dosis de acción. No sé, quizás haya sido culpa de mis circunstancias personales o que no me encontraba en mi mejor momento lector. Con ello no digo que la historia sea mala, pero merece la pena leerla aunque me ha parecido la más floja de las tres entregas.
Sintetizando: “1795” es un noir histórico con el que se cierra una trilogía que tiene como escenario la bulliciosa ciudad de Estocolmo de finales del siglo XVII, en una época caótica de cambios, marcada por la incertidumbre y la desesperanza. Leer esta novela sin haberse adentrado en sus dos predecesoras no tiene sentido porque están estrechamente relacionadas, por eso os animo a que leáis la trilogía completa. Hacedme caso, no os arrepentiréis.

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