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Crítica de mgfilosofia


mgfilosofia
04 July 2019
Antes de empezar a escribir lo que sería propiamente la historia de la publicación de El nacimiento de la tragedia, valiéndome de la correspondencia para establecer algunos hallazgos, es interesante remontarnos a una carta del joven Nietzsche escrita el 12 de julio de 1864 a su amigo Rodolf Buddensieg, en donde es posible observar que las ambiciones y preocupaciones de Nietzsche acerca de la música estuvieron siempre presentes. Esta carta es de sumo valor, aquí Nietzsche con tan solo veinte años menciona palabras que se convertirán en claros antecedentes de lo que más tarde expondrá en El nacimiento de la tragedia como presupuestos de su filosofía de la música y de aquel tema filológico tratado musicalmente. Veamos lo que dice:

"No piense usted que la causa de esta intuición está en el sentimiento, en la sensibilidad; no, tiene su origen propiamente en la esfera más elevada y más refinada del espíritu cognoscente. ¿No es quizás como si usted se abriese un vasto espacio insospechado? ¿No tiene usted la impresión de descubrir con la mirada otro universo, que por lo general permanece oculto al hombre?"

Mientras se produce esta intuición espiritual, el oyente se acerca al compositor más que nunca. No existe en el arte ningún efecto superior a éste; ese mismo efecto es una fuerza creadora. Quizás le parezca inadecuada la expresión que yo mismo había elegido hace dos años, cuando escribí a mis amigos un buen número de páginas sobre este tema; definí este efecto como demoníaco. Si hay alguna sospecha de mundos superiores, ésta se oculta propiamente aquí.

El efecto demoníaco señalado arriba por Nietzsche en la carta parece ser la primera versión, en relación a la música, de lo que en El Nacimiento de la tragedia denominará lo dionisíaco. Por otra parte, aquí parece estar ya esbozada de forma más sencilla una cita que encontraremos en El Nacimiento de la tragedia en donde se puede leer que la música incita a intuir simbólicamente la universalidad dionisíaca, lo cual es otra forma de decir que el poder ontológico de la música está en su capacidad de ser símbolo de la verdad.

Pero no nos adelantemos, seis años después de aquella carta, Nietzsche como profesor de Basilea enuncia lo que sería su primera mención del libro aquí estudiado. Esta carta da seguridad de que su creación póstuma es producto de una larga secuencia de ideas, viejas ideas que se unen con nuevos pensamientos e ilaciones que van relacionadas con sus vivencias y experiencias más valoradas. Así, el 30 de abril de 1870, Nietzsche escribe a su amigo Erwin Rohde:

"Si termino ahora unos pequeños ensayos (sobre viejos temas), quiero compilarlos en un libro, para el cual me vienen continuamente nuevas ideas. Me temo que no será una edición filológica, pero ¿quién puede enfrentarse a su propia naturaleza? Ahora comienza para mí el periodo del escándalo, después de haber suscitado por un tiempo una cierta complacencia al portar las viejas y bien conocidas pantuflas. Tema y titulo del futuro libro: 'Sócrates y el instinto'".

No es, pues, difícil darse cuenta de que Nietzsche sabía del escándalo que produciría al publicar su libro, un escándalo que ya había percibido tras su conferencia «Homero y la filología clásica» pronunciada el 28 de mayo de 1869. Aquí, Nietzsche se profesa filólogo, pero afirma, al final, que toda filología debe estar enmarcada y sostenida por una visión filosófica del mundo. Nos dice: «La filología vive del crédito de varias ciencias (…) oculta en sí misma elementos artísticos, estéticos y éticos de carácter imperativo que se resisten obstinadamente a una sistematización científica».

En otra carta escrita a su amigo Gersdorff, fechada el 7 nov. de 1870, le dice que ha escrito un ensayo titulado «Sobre la visión dionisíaca del mundo», indicándole que se trata de estudios que ha hecho solo para él. Y escribe: «Solamente deseo que el tiempo me deje madurar como es debido y poder producir luego algo a partir de esa plenitud». de nuevo percibimos aquí cómo Nietzsche se prepara para su obra. al igual, en una carta a su madre Franziska Nietzsche, sale a relucir un regalo de navidad a la señora Wagner (Cosima Wagner). Tal regalo no será sino una copia de su manuscrito de ensayo «La visión dionisiaca del mundo», solo que decidió cambiarle el nombre, titulándolo «El nacimiento del pensamiento trágico». Es inevitable aquí pensar que ya ese nombre traía el germen de lo que será más adelante El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música.

Luego de varias creaciones literarias en una carta fechada el 15 de diciembre del año 70 Nietzsche le escribe a Rohde la necesidad de liberarse del yugo académico tras la reflexión sobre el deber que tiene consigo mismo de romper con la filología y sus perspectivas formativas. En medio de este cansancio extremo decide escribirle una carta a Wilhelm Vischer-Bilfinger en donde le trasmite su enfermedad por el excesivo trabajo que ha tenido. La carta no es más que una petición, a modo de súplica, de que le otorgue la candidatura para la cátedra de filosofía dejada libre por Teichmüller, y que le otorgue la cátedra de filología a su amigo Rohde. En su carta, Nietzsche expresa cómo se siente desviado de sus pensamientos por las múltiples tareas profesionales. En palabras textuales, dice:

"Enero de 1871. A la larga no puedo soportar esta coexistencia de instituto y universidad, porque siento que mi verdadera tarea, a la cual si fuera necesario debería sacrificar toda profesión, mi tarea filosófica, sufre con el hecho de que es rebajada a ocupación marginal. Creo que esta descripción indica, de la manera más clara, lo que aquí me consume y lo que no me deja un cumplimiento sereno y equilibrado de mi trabajo, lo que, por otro lado, me agota físicamente y acaba generando males como los actuales: los cuales, si retornan con frecuencia, me obligarían por razones puramente físicas a abandonar la profesión filológica"

Es claro que Nietzsche está asumiendo su tarea como una tarea filosófica, y que ahora, lo único que le impide desarrollar esa tarea es la excesiva cantidad de trabajo académico, trabajo que además le conllevan largos episodios de enfermedad. Sin embargo, el trabajo excesivo no resulta como impedimento para que siga desarrollando sus ambiciones personales. Es así como le anuncia a su amigo Rohde el 29 de marzo de 1871 que ha terminado un pequeño escrito «para demostrar y legitimar mi capacidad filosófica» titulado «Origen y meta de la tragedia». Ésta sería no menos que la primera versión de El nacimiento de la tragedia.

El 20 de abril de 1871 envió Nietzsche el comienzo del escrito con el título «Música y tragedia» al editor Engelmann en Leipzig. La carta que contenía el envío dice lo siguiente:

"Como vera, busco explicar la tragedia griega de una manera completamente nueva; al hacer esto por lo pronto prescindo completamente de todo tratamiento filológico de la cuestión y solo mantengo ante los ojos el problema estético. Pero la tarea que me propongo consiste realmente en alumbrar a Richard Wagner, el enigma más singular de nuestro presente, en su relación con la tragedia griega"

Como el editor no respondió al envío, Nietzsche hizo imprimir en una edición privada parte del escrito con el título «Sócrates y la tragedia griega» En otra carta a Erwin Rohde el 7 de junio de 1871, Nietzsche escribe que su librito ha tenido que ser reducido por exigencia del editor. A conciencia de esto, elabora un breve artículo y lo hace imprimir por su cuenta. El breve artículo no es más que la reelaboración de su vieja conferencia Sócrates y la tragedia . Nietzsche envió ejemplares a sus amigos más íntimos. También en esta fecha escribió un artículo titulado Sobre lo dionisiaco y lo apolíneo, pero no saldría a luz como escrito independiente debido a que el editor Heinrich von Treitschke, de la revista titulada Preußische Jahrbücher (Anuarios prusianos), lo rechazó de antemano.

Finalmente, durante un encuentro con algunos amigos en Leipzig , Nietzsche le manda su escrito Die Geburt der Tragödie aus dem Geiste der Musik (El nacimiento de la tragedia desde el espíritu de la música) a un editor llamado Ernst Wilhelm Fritzsch , quien, a diferencia del otro, sí le aprobaría la edición. No fue sino luego de un mes, el 16 de noviembre de 1871, que mencionado editor le escribe una carta a Nietzsche aprobando el libro. Inmediatamente el 18 de noviembre, Nietzsche le escribe una carta a su amigo Carl von Gersdorff anunciándole que el editor promete terminar la edición para navidades. «Hasta ahora tengo la mayor confianza en el escrito: se venderá mucho y el creador de la viñeta debe prepararse para un pedacito de inmortalidad».

Luego en una carta a su amigo Rohde, escribe:

"Toda la parte final, que aún no conoces, te va a asombrar seguro, he sido muy osado, pero puedo exclamar en un sentido verdaderamente excepcional: animam salvavi: por ello pienso en el libro con gran satisfacción y no me intranquilizo, aunque sea recibido con el mayor escándalo y se eleve desde algunos lados un “grito de indignación” tras su publicación"

Luego de hablar repetidas veces con el editor del libro , finalmente El nacimiento de la tragedia aparece por primera vez el 2 de enero de 1872, y se hace envío a todos los destinatarios que había seleccionado Nietzsche. Especialmente Richard Wagner a quien le cuenta que el paquete había partido desde Leipzig el 29 de diciembre del año 1871. Tras un largo párrafo de agradecimientos a su persona y de sentimiento de orgullo por haberlo conocido le escribe «¡Qué Dios tenga compasión de los filólogos si no quieren aprender ahora!» Señalando un claro rompimiento con la tradición que empezaba a rechazar.
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