La alquimia secreta de las almas

Quid pro quo
Sebastián miraba las orillas del Tormes, el concierto había sido un éxito y toda la clase alta de Salamanca lo celebraba, pero él no. Siempre ha sido un chico solitario, por eso su hermano acude a buscarlo, sin embargo, un accidente los separará para siempre. Por su parte, Iván es un alquimista que acude a casa de su maestro a la noche siguiente, un incendio, una mujer misteriosa y dolor. Cuando despierta, su alma se ha entretejido en otra. Así comienza su historia.
Una historia que nos presenta una Salamanca a principio de siglo XX muy bien plasmada, la verdad. Así, esta fantasía nos llevará por las calles de la ciudad en la que Iván y Sebastián tendrán que investigar quién es esa mujer y cómo recuperar sus vidas. Sin embargo, la tarea no será fácil, la magia lo invadirá todo, diferentes percepciones de ver y entender el mundo también, pero ninguno de los dos se rendirá, ya que los descubrimientos que harán por el camino les prometen un final con mucho más si lo consiguen.
Válido y vivido
La obra, por tanto, nos ofrece una historia de fantasía y en ella podremos ver explicitados problemas más comunes de lo que pensamos. Sebastián tiene problemas de corazón, hecho que ha condicionado toda su vida. Vivir la aventura junto al alquimista será una manera nueva de entender y no temer; por su parte, Iván no ha podido ver bien desde que nació, es cierto que esto ha hecho que su ingenio se agudice, pero también se ha perdido parte de conocimiento del mundo y con Sebastián no solo lo descubrirá, sino que sabrá lo que es tener un amigo.
Además de estas dos cuestiones, que Maeva describe y narra con naturalidad y con una rigurosidad excelente, encontraremos el planteamiento de qué es la verdad y qué lo definitivo. En este sentido, la novela deja que el lector juzgue por sí mismo y es verdad que, aunque entiendo cómo se ha resuelto todo, me hubiera gustado saber más de los personajes que desarrollan este conflicto.
Una trenza de plata
Sin embargo, más allá de esa petición indirecta a la autora (guiño, guiño) la obra me ha encantado. No solo por los temas, que me parecen necesarios y bien llevados, como ya he dicho, sino también porque la historia está muy bien tramada. No se demora en exceso en intrigas, nos da la información necesaria para continuar con la búsqueda que les lleve a recuperar su vidas, y nos deja escenas con las que vamos conociendo la relación entre los protagonistas.
Además, el estilo de Maeva es muy cálido. Sé que es una descripción un poco rara, pero es de estas prosas que lees y te sientes cómodo, te lleva de la mano y te deja fluir en la historia. El estilo es sencillo, sí, pero no fácil, y los conceptos que nos plantea tienen cuerpo suficiente como para invitarnos a la reflexión después de la lectura.
Sin más, os invito a leer su obra. Os enamorará de los protagonistas y suspiraréis y sufriréis con ellos en esta aventura tan mágica. Pensaremos qué es lo realmente importante, entenderemos que es lo que puede ser definitivo y cuándo queda espacio a la esperanza. Espero que os animéis con ella.

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