Tres pisos

La novela está dividida en tres partes, cada una correspondiente a un apartamento de un piso diferente en un mismo edificio. Empezamos por el primer piso, donde un padre de familia, Arnon, alberga una terrible sospecha sobre su vecino, un hombre mayor que, junto a su mujer, cuida de la hija de Arnon cuando lo necesitan.
En el segundo piso, Hani, una mujer casada e infeliz, debido a las largas ausencias de su marido por trabajo, está a punto de ver su vida trastornada por una visita que no esperaba.
El tercer piso nos muestra a una jueza retirada, Débora, viuda reciente, que conocerá a un hombre que, sin saberlo, le ayudará a resolver uno de sus mayores problemas.

Es una historia original, cada piso tiene un narrador diferente y usa un medio distinto para contar su historia: una carta, una conversación, una serie de mensajes… Cada narrador tiene sus luces y sus sombras y nosotros nos sentimos como si estuviéramos asistiendo a una confesión íntima, como esos retazos de conversación que nos llegan cuando estamos rodeados de gente en un sitio público.

Es cierto que por momentos se vuelve algo frustrante porque pasamos de un piso a otro y no llegamos a saber del todo cómo finaliza la historia anterior, aunque tenemos algunas pistas, ya que todos los personajes viven en el mismo edificio y a veces interactúan. No sabría decir cuál de las tres historias me enganchó más, aunque la primera me horrorizó bastante en algunos aspectos.

Podría parecer algo inconexo, esta forma de contarnos tres relatos de tres personas diferentes, pero al final del libro todo cobra sentido, ya que a través de estos relatos, el autor en realidad nos está explicando otra cosa. Me gustó la reflexión final, aunque no llegase a conectar del todo con los tres narradores.
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