La visión del otro yo, el mismo, asociada a una existencia de incertidumbre, nacida de una culpa constante y del terror a lo que se comprende inexorable. Guadalupe Nettel gira la historia desde un principio alucinante y terrorífico por increíble , hacia un submundo terrorífico y alucinante por real. Ana nace con un defecto, que le lleva a cometer actos inusitados y atroces, mientras “ algo “ ( La Cosa ) se adueña de ella. al crecer esa cosa permanece latente, en su intento de escape, se refugia en un submundo de oscuridad ( entre los ciegos ) y la oscuridad de un submundo de marginados. Ambos extractos de su vida se ven como un giro de la historia en torno a la creación de una memoria que le permita seguir siendo ella, recordando cosas que tal vez quisiera olvidar , en su afán de atesorar la memoria que le impida perderse completamente. Es como una enfermedad, enquistada en su interior, y por tanto puede permanecer ignorada pero siempre latente. Un “ informe sobre ciegos “ narrado por “ William Wilson” o un “Horla” de viaje en el metro de la Ciudad de México. Me sacude Nettel por lo narrado, más aún por lo que repta bajo este relato... |