Un monstruo viene a verme

Las historias no tienen siempre un final feliz

Aunque caminase y hablara, aunque fuera mas grande que su casa y se lo pudiera tragar de un bocado, el monstruo no era mas que un tejo -Tienes cosas peores que temer – dijo el monstruo, pero no como una pregunta

A veces la gente necesita mentirse a sí misma más que ninguna otra cosa.

Siempre hay que escuchar con escepticismo la justificación de los hombres que matan.

No siempre hay un bueno. Ni siempre hay un malo. Casi todo el mundo está en algún punto intermedio.

Sé todo lo que tienes que decirme sin necesidad de que lo digas en alto. ¿Vale?

—Puede que yo no le caiga bien —dijo—, pero eso no quiere decir que sea mala persona.

—No siempre hay un bueno. Ni siempre hay un malo. Casi todo el mundo está en algún punto intermedio.

🌜Luna, tu que la ves... dile... ¡Cuánto la extraño!

“La respuesta es que no importa lo que pienses –dijo el monstruo-, porque la mente entrará en contradicción consigo misma cien veces al día. […] Tu mente creerá las mentiras piadosas pero conoce también las verdades que duelen y que hacen que esas mentiras sean necesarias. Y tu mente te castigará por creer en ambas cosas”