Hace tiempo leí El murciélago y conocí a Harry Hole, un policía alcohólico, arisco, solitario, con poca empatía, trabajador empedernido y con un código ético propio. Éste es el séptimo libro de la saga y aunque es totalmente independiente creo que hay aspectos de la vida de Hole que se han desarrollado en los libros anteriores y aquí se explican superficialmente, como su relación con Rakel. Aparece un nuevo personaje y tiene importancia en la trama: su compañera en el caso es una recién llegada al departamento, Katrine, una versión femenina de Harry con la que comparte diálogos trascendentes sobre el trabajo, la vida, la superación personal e incluso la muerte. La trama tiene crímenes, un asesino en serie, subtramas complicadas y golpes de efectos con las relaciones entre los personajes que llevan a posibles culpables, varios giros y falsos desenlaces y un final agónico. Creo que enreda algo más de lo necesario. La último parte es la mejor, ahí los sucesos se dan uno tras otro sin parar y hay cierta incertidumbre sobre cómo será exactamente el desenlace.Aunque algunas cosas se veían venir, algunos detalles fueron inesperados. |