El maestro de almas

El maestro de almas es un libro sobre inmigración, sobre raíces, sobre pobreza, dinero y lo que éste significa, el poder que se otorga y se roba. Es un libro sobre las ambiciones humanas, el querer y no poder, sobre el fin que justifica los medios. Es un libro sucio, que no adorna la verdad con mentiras piadosas, que te muestra la realidad de una época de un mundo que está lejos de ser ideal.
Asgar es un médico venido de Crimea, es pobre, pero tiene estudios y aspira a mucho más que a ser un simple vendedor ambulante como lo era su padre, ha estudiado en Francia para ser médico, habla francés perfectamente, pero su acento y su físico lo delatan como extranjero y eso le complica el hacerse un nombre y ganarse el respeto de los franceses más nobles, los que tienen dinero para pagarle.
Hay mucha chicha para sacarle al libro, por un lado está la idea que la nobleza y la honradez es un privilegio que solo aquellos que están bien comidos pueden permitirse. al resto les apremia las necesidades básicas no cubiertas y si para cubrirlas uno ha de caer en la bajeza moral y vender tu alma, se vende, con gusto además si el precio es bueno.
También habla de la dificultad de dejar de ser quien eres, de olvidar de dónde vienes, y a la vez que te acepten en un sitio al que en el fondo sabes que no perteneces. Nuestro protagonista intenta a toda costa dejar atrás el barro en el que creció y os dejo que os leáis el libro para saber si lo consigue o no.
Sobre la relación entre padre e hijo también hay reflexiones muy interesantes, pero por desgracia, para escribirlo en esta reseña debería desvelar parte de la trama y prefiero callármelo y así no desvelar nada.
PARA QUIEN: Personas que les gusten los personajes lobunos, que no les importe leer sobre miseria y alguna injusticia.
LO MEJOR: Que no hay juicio moral, no hay necesidad de calificar los actos como buenos o malos, simplemente son, y cada personaje acarrea las culpas y remordimientos según su propia moral.
LO PEOR: Los saltos temporales no me han entusiasmado mucho, me hubiera gustado saber cómo pasan esos trece años de los que no se habla.