El viento agitaba las grandes cortinas blancas, que se hinchaban como globos. Durante largo rato escuchó maquinalmente el rumor de las olas ... Una, dos, tres ... El golpe sordo contra la roca del faro, y luego el suave y musical chapoteo del agua deslizándose entre las piedras ... El silencio ... La casa parecía vacía.
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