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Nekane hace su debut con una tragicomedia juvenil en la que la protagonista realiza un viaje introspectivo en busca de su felicidad y su bienestar mental de una forma optimista y grotesca. La narrativa es ligera y directa, contiene expresiones coloquiales y está guiada por la comicidad y la interacción con el lector, al estar relatado en formato diario. Cabe destacar que algunas ideas o expresiones son repetidas continuamente y, personalmente, me acabaron cansando. Neka, protagonista indiscutible de la obra, es un personaje con el que el lector puede sentirse identificado fácilmente. Se representa como una chica carismática, amable, honesta y divertida. En su interior se esconden sentimientos ocultos que ni ella misma sabe descifrar pero que le impiden vivir libremente. Gracias al apoyo incondicional de sus amigas, su madre y su, no tan apreciada, terapeuta, conseguiría realiza un viaje introspectivo y analítico que la ayudará a evolucionar personalmente, conocerse, superarse, aceptarse y ser feliz. La novela transmite al lector la reflexión ante diferentes temáticas. Por un lado, la verdadera amistad; el compartir momentos únicos, tener un apoyo incondicional en ellos, escucharse, aconsejarse y no sentirse juzgado. Por otro lado, invita a no juzgar a los demás por sus actitudes y acciones puesto que muchas personas pueden tener secretos que no exponen por miedo y que les impide mostrarse como son. A pesar de que la historia parte de diferentes tópicos de la novela romántica su desarrollo es completamente opuesto a lo que cabe esperar, pues más que seguir en esa línea se transforma en una tragicomedia llena de momentos hilarantes en los que prima las relaciones amorosas entre hombres y mujeres. Satiriza, exagera y dramatiza una actitud generalizada del comportamiento de lo que el grupo de amigas llama “homo”, equivalente al hombre. Constantemente llevan una lucha contra ellos dedicándose a analizar sus comportamientos, ridiculizarlos como si fueran cavernícolas y criticarlos, aunque a pesar de todo aceptan que no pueden vivir sin ellos y cada una de las amigas se encuentra en una relación amorosa peliaguda. Debido a la terapia a la que se somete Neka, la novela cuenta con momentos reflexivos para ella que de cierta forma involucra al lector dado que se trata de temáticas que todo ser humano comparte de una forma otra, tales como las relaciones amorosas, la relación con uno mismo, la búsqueda de identidad y el conocimiento de emociones y sentimientos. También se hace una crítica de la superficialidad, frivolidad y la búsqueda de felicidad rápida en contraposición de las relaciones profundas y el disfrutar de los momentos únicos del día. En mi opinión, tanto la narración como la historia, en general, ha sido algo caótica, debido a que tanto los pensamientos de la protagonista como las tramas individuales de cada personaje se van entretejiendo y saltando sin orden de unas a otras. En contraposición, al haber pocos personajes y no ser temas demasiado complejos se consigue que el lector no se descentre del hilo conductor inicial, el cual a veces se pierde de vista. Para mí, la historia cobró especial interés pasada la mitad de la misma. Como dato curioso mencionar que la modelo de la portada es Irina Rivas, una chica que sufre Parálisis Cerebral Espástica y que, a pesar de todo, es modelo y estudia psicología. Con un final sorpresivo y abierto “La terapia de Neka” es una novela juvenil y divertida, pero con ciertos toques de drama subversivo que busca el entretenimiento, a través de una narrativa sencilla, hilarante y ligera, y la transmisión de unos mensajes útiles y necesarios para cualquier ser humano. |
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