De Negroni esperaba una forma de narrar la muerte, la ida, ese espacio en el limbo que desconocemos desde lo terrenal como si se tratase de un torrente de agua que arrastra con todo. Sin embargo, he encontrado mucho artificio que ensombrece el posible torrente. Me ha recordado a Ortega y Gasset con su propuesta de deshumanizar el arte, porque en Negroni he visto esa intención de quitar todo el sentido a la palabra y dejarla hueca, para poder manejarla a su antojo. Esto podría haber sido tremendamente interesante, pero al final en «Oratorio» solo he visto una obsesión por la forma más que por la profundidad de las palabras. Lo cual tiene mérito, por supuesto, pero la poesía es mucho más que esa ilusión de encriptación o ornamento de difícil acceso. |