Ylandra. Tiempo de guerra

¡Hola thousands! Hoy vengo a hablaros de Tiempo de guerra, el segundo libro de la saga Ylandra.

Aclaración, esta reseña no contiene spoilers de este libro ni del libro anterior, Tiempo de osadía.

Desde que el autor y la editorial anunciaron que salía el libro y no sé a quién pretendo engañar, realmente fue tras acabar el primer libro moría por leer este. Las cositas que nos iban dejando ver como el booktrailer me hacían tener los dientes largos.

A principios de diciembre hubo una presentación de Tiempo de guerra a la que no pude ir, pero mandé como infiltrada a mi hermana que disfrutó mucho del evento y me contó con todo lujo de detalles.

Sí, sí, no me enrollo más y os hablo del libro. La historia continúa justo donde acaba su predecesor. ¿Sabéis esa sensación de no haberte ido del mundo en el que transcurre una historia? Eso me pasa a mí con Ylandra. Es un mundo en el que me siento tan a gusto que ha sido un placer volver a él.

Tiempo de guerra empieza pisando fuerte y revolucionando el Gobierno de la república, y hará que los cimientos se tambaleen a lo largo de todo el libro. Como os conté en la reseña de Tiempo de osadía hay varias tramas y varios frentes abiertos, todos se siguen desarrollando y se abren algunos nuevos. Os confesaré con mi parte favorita es la relacionada con la Escuela.

En este libro vemos una gran evolución de los personajes. Vemos como Mara crece y madura muchísimo sobre todo al realizar las pruebas de la alquimia. Mara y Siara son mis favoritas, forman un tándem muy interesante que me pirra. Siara es una mujer alucinante y creo que en ocasiones no es consciente de todo su potencial, pero nos revelan datos impresionantes sobre ella que espero que se exploten en los siguientes libros.
También vemos — bueno, o leemos — como Güido da un paso adelante, no sé si su cambio me ha sido a peor o a mejor pero lo que si es bueno es ver como se vuelve más valiente para luchar por su pueblo.
En este libro conocemos más a Eyra, la hermana mayor de Mara, un personaje que me ha resultado muy curioso y del que quiero conocer más ya que de su mano nos adentramos en la misteriosa orden de los addai. Gracias a Eyra conoceremos un poco a la madre de los hermanos Wellington, que espero descubramos más de ella en Tiempo de revolución.
Los cambios en la política y en la guerra me han hecho odiar aún más a Deian Wellington, un ser con una ambición tan grande que da miedo, se nota como le consume el poder y creo que esto queda muy bien reflejado con su comportamiento dictatorial. Annelyn, la asesora en política, me ha dejado muy intrigada, he notado un cambio que tampoco sé si me ha gustado, es una mujer poderosa, una de las mejores mentalistas, sino es que la mejor, pero a la vez la noto muy retrotraída. Tengo muchas ganas de seguir descubriendo su historia. Están presentes también Viktos y Jules, aunque esta vez ambos en un plano más secundario. La verdad es que Jules me gustó más en el primer libro ya que en este se nota que no es él mismo y se deja arrastrar sin ser realmente consciente de sí.
Por último, pero no menos importante seguimos descubriendo a Aleyn y a Samuel, quizás es en los que menos evolucionan, pero los que más intrigada me tienen ya que gracias a ellos descubrimos algo más a cerca de los Tres.

Respecto al worldbuilding y la ambientación sigo enamorada. Como ya os he dicho quiero saber más de la Orden de los addai y también de los monjes de Ka'Andra, algo me dice que en el tercer libro descubriremos mucho más sobre las dos organizaciones. Es cierto que en este libro el enfrentamiento del valle del Caldaso ha quedado relegado a un segundo plano y me ha falta al inicio del libro algo de continuidad es totalmente comprensible con dado a todo lo que ocurre, no olvidemos que estamos en guerra.

Roberto ha logrado engancharme desde el minuto uno y ha jugado con mi corazón como ha querido sorprendiéndome con bastantes cosas que ni se me pasaron por la cabeza. Veremos todo lo que nos hace sentir con Tiempo de revolución que llegará a finales de este año (2022), de momento toca tratar de aguantar la espera.

La edición es una fantasía, cada personajes tiene su propio inicio de capítulo, ya sabéis que es uno de los detalles que más me pirran. El otro detalle que me encanta es el mapa, que por supuesto tenemos y además a todo color en la guarda. La portada es preciosa y representa la esencia del libro, además, sigue la estética del anterior y ambos quedan preciosos juntos en la estantería. A pesar de ser gordito — más que Tiempo de guerra — el lomo no se marca lo que deja claro la calidad del libro.

Resumiendo, Tiempo de guerra es un libro alucinante que ha logrado mantenerme enganchada desde la primera página hasta la última. Y luego dirán que las segundas partes no son buenas, y en este caso es cierto, esta es magnífica. ¡Me ha gustado más que el primero! Los giros, la ambientación y todos los juegos de poder me han tenido en vilo. ¡Necesito tener Tiempo de revolución en mis manos ya!

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