Gentrificación. Precariedad laboral. Enfermedades mentales como bipolaridad o ataques de ansiedad. Relaciones humanas. Búsqueda vital. “La trabajadora” trata muchos temas, pero ninguno en profundidad. No sé cómo afrontar esta lectura porque ha sido una novela rara en cuanto a contenido y forma. ¿Me ha gustado? Sí. Aun así, sigue siendo rara. El libro consta de tres partes y al principio, el lector se siente perdido. Según van pasando los capítulos y se van conociendo a los personajes, vas uniendo piezas y teniendo más idea. Elvira Navarro nos presenta a dos mujeres: Susana, una chica joven bipolar, misteriosa y amante del silencio que alquila una habitación a Elvira Méndez, quien sufre ataques de ansiedad por su situación laboral y que emprende un viaje hacia su identidad. Son la singular pareja: viven juntas, pero no conviven, no son amigas ni conocidas, pero tampoco extrañas, a veces se consuelan y se desnudan emocionalmente la una a la otra, y otras, hay un ambiente hermético y tenso por toda la casa. Hay un par de cosas que me han gustado: el protagonismo de Madrid y la crítica al sistema imperante y la precariedad laboral. El argumento es un poco pobre para mi gusto, me ha faltado algo de cohesión entre una parte y otra. al final no deja de ser un batiburrillo de sentimientos y actos que no terminan de casar. A veces he tenido la sensación de leer tres bloques en vez de una novela. Esperaba más.
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