Huyendo de mí

Dicen que tanto el hombre como la mujer tienen varias crisis a lo largo de sus vidas. Debe de ser cierto y a todos, nos demos cuenta o no, nos llegan estos periodos de vida en los que tenemos que enfrentarnos a nosotros mismos, a nuestros deseos, inquietudes incumplidas, sueños rotos, personas olvidadas…
Huyendo de mí es un relato largo, una novela hecha y derecha, donde el protagonista, por circunstancias críticas no elegidas, tiene que enfrentarse a sí mismo, a lo que es él después de cuarenta largos (o cortos) años de vida; y también a lo que son las demás personas, satélites de su vida, todos ellos amparados por la comodidad de un paraguas invisible, que de tan invisible que es en realidad no existe. Todos están tan solos como sienten que lo están y tan acompañados como pueden y deciden estarlo.
Salvador nos acerca a Leo, 90% protagonista del libro, con una profundidad inmensa, tan inmensa que hay veces que parece que está sentado contigo en el sofá, esperando a que leas sobre su vida y sus problemas y le aportes una solución que no llega, y que él, desde luego, no sabe cómo afrontar. Para mí es lo mejor del libro, la profundidad que alcanza el personaje de Leo, un hombre que te puede caer mal o bien, al que puedes acoger con cariño o al que puedes dar la espalda para que no te arrastre consigo a su infierno particular.
El libro va de crisis. de la crisis de un hombre y de cómo afecta a las vidas estables de los demás, y que a veces no son tan estables, sino que permanecen bajo ese falso paraguas que ni es paraguas ni es nada; y es que a veces lo único que nos separa de la soledad o de caer en el vacío es un puntito de mala suerte.
Interesante. de esos libros que te aporta sin darte cuenta