No le quedaba nada ni siquiera dignidad.
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No le quedaba nada ni siquiera dignidad.
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Cuando está seguro de que ella ha salido del piso, baja corriendo al trastero sin perder un minuto. Nada más abrir la puerta dirige su mano a la zona de la estantería donde sabe que está el libro. Lo agarra con cuidado para que no vuelva a caerse y se fija, esta vez sí, en el título: «Joueur d’échecs». —El Joueur d’échecs de los cojones —protesta. Consulta en el teléfono móvil el significado. El traductor le devuelve el resultado como ‘Ajedrecista’. |
Barrio de silencios. Nadie ve, nadie escucha, nadie habla. Y si lo hacen , es para mentir.
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La gente poderosa se cubre entre ellos y se tapan cualquier fechoría. Una denuncia contra él no hubiera llegado muy lejos.
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Para algunos hombres las mujeres son juguetes y las utilizan a su antojo, incluso para ganar dinero con ellas.
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10 negritos