De ninguna parte

El problema de acostumbrarse a comer jamón de cerdo de Salamanca, al que sólo le falta que le hagan la manicura, es que cuando te ponen un plato de puerco húngaro igual con una cervecita entra, pero tontos no estamos. No es lo mismo ni de lejos.

A Julia Navarro le sale un libro que encaja a la perfección con los últimos premios planeta.
Sin terminar de cocer, precipitado.

No es lo peor.
Lo que promete ser un viaje introspectivo al comportamiento, motivaciones y pensamientos de un terrorista islámico y un colaborador judío del Mosad, se queda en paseito corto y a casa.
No hay profundidad.

La trama es arcaica, cuasi infantil, descabellada, absurda. A mi me recuerda a Javier Castillo.

Los personajes hacen lo menos lógico, alguno incluso se va a París a hablar con terceros y aun me estoy preguntando a santo de que.

No encuentro a Navarro por ningún lado, ni en prosa, ni en pulso, ni en tejido. En nada. Para mí es simplemente una extraña.

Tengo dudas razonables acerca de la autoría de este texto. Eso o la madrileña se dio un golpe en la cabeza y no recuerda quien es.

Pese a que la novela es algo entretenida, los giros y las resoluciones son de principiante y de los malos.
Esto no es un tropezón, esto es caída libre .

En la sangre de los inocentes hay una parte prácticamente igual.
Fanático islamista, hermana que se rebela contra las costumbres musulmanas siendo repudiada. Padre intolerante, y madre subyugada que ve a escondidas a su retoña.
Mismo argumento, cambio los nombres y hago estallar unas bombas. Pero sin la maestría de siempre.

De ninguna parte es un libro sin alma. Un injerto de thriller mal contado y actualidad donde ni siquiera los efectos especiales lucen. Todo desafina y distorsiona.

No sabe sacar partido al dramatismo de las explosiones, donde había filón, deja que se agrie la leche. Si hubiera que darle un premio, sería el limón.

Soy fan de esta escritora, pero eso no quita para decir que su último trabajo es rancio, raquítico y falto de ingenio.
Y lo mejor cuando algo te desilusiona es despacharse a gusto.

¿O no? Pues agarrensé, cito:

" no sé...yo te veo en el servicio de limpieza de la ciudad. Hay muchos como tú...tipos que no servís para nada que no sea quitar la mierda a los demás. "

Señora Navarro, le aseguro, porque de esto sé más que usted, que hay que tener talento y capacidad de aguante para soportar comentarios como este y que los que nos dedicamos al sector de la limpieza servimos para quitar entre otras su mierda, incluso, leerla. No nos consideramos inferiores ni cenicientas de nadie, siendo un gremio altamente profesional.
Y no me sirve la excusa de que lo pone en boca de un personaje para hacerlo detestable. Es un comentario lamentable.

Así que si aún no ha salido a tomar el aire, no me obligue a enviarle.

En fin...

Muy lejos de sus grandes novelas, Navarro se marca un farol, y eso en literatura...no da buen resultado.

Un descarte a tiempo es una victoria.