Hacía mucho que tenía ganas de leer este libro y la verdad no me defraudó para nada. Tiene una mezcla de humor negro, un toque quizás sombrío, en una historia concisa y, al tomar como influencia cuentos para niños de Lituania y Polonia, Naomi nos introduce a un mundo donde los clichés escasean y podría incluso aventurarme en decir que son casi nulos. Uno que otro momento podes llegar a creer que va a pasar algo muy esperable, seguís la lectura y te das con un camino muy distinto. Y como frutilla del postre, de trasfondo deja un mensaje muy implícito en favor del medioambiente, que me pareció fantástico. Es una lectura muy recomendada y a pesar que la sinopsis haga creer que tiene mucho romance, es lo más secundario de toda la historia. . |