La mujer tras el velo

El juego de lo desconocido
Ainara, una profesora de inglés a la que le apasiona y divierte su profesión, encuentra en su buzón un papel arrugado, en él un único mensaje «no eres quien crees ser». Extrañada, decide no darle más importancia y continuará con su rutina: clases de salsa, encontrar una nueva pareja de baile, sus clases, los amigos… Sin embargo, poco a poco, la ausencia de recuerdos de su pasado y una serie de sucesos extraños terminarán provocando que la profesora se lance a una huida hacia delante, un horizonte en el que nadie sabe qué va a encontrar ni qué puede perder.
La novela comienza, como podemos ver, con una cotidianeidad muy agradable de leer. La vida de Ainara no es distinta a la de cualquiera de nosotros y lo único que la diferencia de los demás es que es árabe. Más allá de eso, Ainara sale con sus amigos, conoce algún que otro hombre, pero ahora no quiere compromisos, y da sus clases sin mayor problema. Esta apacibilidad al inicio de la novela para mí, la verdad, ha sido una delicia. Con un toque sencillo y un léxico fluido el autor nos lleva en esta ambientación por las calles de Madrid, nos presenta a las personas cercanas a la protagonista y hace que disfrutemos de sus clases de salsa o la charla con sus alumnos. Sin embargo, pronto comienza lo inquietante, tanto para la protagonista como para el lector.
El suspense en la novela se refleja en los sucesos que le van ocurriendo a Ainara, como cabría esperar: encuentros inesperados, mensajes anónimos…, pero estos van provocando que la profesora comience a desquiciarse y que ese ambiente tranquilo pase a ser un algo cargado de psicodelia e historias de fantasmas. Y lo defino como psicodelia porque, así como al principio la historia fluía, a partir de este momento la historia la he sentido a trompicones. Por una parte, por las propias acciones de la protagonista que fluctúa violentamente entre la preocupación y el desasosiego, y el pasotismo más absoluto. Por otra parte, porque la propia narración incorporará el punto de vista de otros personajes a los que quizá les ocurra cosas todavía más extrañas que a Ainara.
El problema de todo esto no es que suceda, que de hecho es bastante intrigante, curioso y pica al lector, sino que no se informa a quien lee de lo que está sucediendo. Normalmente, estamos acostumbrados a que el lector sepa más que el personaje principal, o que otro personaje sepa más que el lector y el protagonista; pero lo que se me ha hecho realmente cuesta arriba es que la protagonista supiera y yo no. Por poner un ejemplo, la protagonista recibe un mensaje en el espejo de su cuarto, del cual por cierto no se nos dice el contenido, y después del cual decide no denunciar a la policía porque lo que le pasó cuando era pequeña. Y ahí se queda. No sabemos qué pone en el espejo, ni qué le sucedió, ni lo llegamos a saber en ningún momento. Es verdad que los libros de misterio, de intriga, no nos dan toda la información, pero esto me ha hecho sentir realmente desubicada, no sabía qué temía la protagonista ni qué antecedentes tenía para justificar sus acciones.
¿La lógica de la no lógica?
Claro, en este sentido todo lo que hace Ainara es un misterio para el lector y le parece arbitrario e ilógico. No obstante, decidí que entraba en el pacto: vale, la protagonista teme algo que no conocemos por culpa de su pasado y decide ignorarlo para que no le haga daño. Continúa la historia y Ainara, quizá para autojustificar su pasividad, decide contarles a sus amigos más íntimos su infancia y así crea un círculo de personajes que sufrirán las consecuencias de su pasividad. En esto, es verdad, la narración me ha parecido muy interesante porque jugaba con el poder de la palabra, en el momento en que conoces estás en peligro, generando tensión en el lector, que se preocupa porque no toquen a tal o cual personaje.
De hecho, ese compartir de la protagonista provoca lo que el lector se teme y vemos como el resto de los personajes se ve inmiscuido en este entramado que amenaza a Ainara. ¿Cuál es el problema entonces? Que cuanto más se adentran en la trama, más cosas suceden y su reacción es la misma que la de Ainara. No hacen absolutamente nada. Es decir, una amiga te cuenta que ha recibido una amenaza, ella te dice que no va a denunciar por lo que le ha sucedido en el pasado, ¿y tú te conformas? Te llegan a ti misma amenazas (las cuales no se nos dan a conocer) ¿y tampoco haces nada? Y la cosa continúa: consejos que no tienen ni pies ni cabeza, cuestionamiento de las decisiones tomadas que tienen peso una línea y a la siguiente ya han desaparecido. Esa falta de lógica en las reacciones de los personajes y el desconocimiento de los datos con los que juega la protagonista hacen que el lector sea mero espectador de algo de lo que apenas se entera.
Pero, parecía que sí
A medida que iba a avanzando en la novela de esta manera, me sentía cada vez más y más engañada, como si toda esa normalización de todos esos sucesos extraños, todas las acciones de los personajes que o seguían sin hacer nada como la protagonista, o incluso justificaban los sucesos (como en el caso de Nico, amigo de la protagonista), fueran una manera de encubrir la nada que el autor había dejado detrás del misterio. Pero todavía continué porque el estilo de autor es muy bueno, sus diálogos y las relaciones entre personajes te invitan a querer saber más, y entonces todo pareció estar justificado. No diré que el final me gustó porque no es verdad, creo que al final cae en una asociación un poco tópica (por no ser más específica), pero sí tengo que reconocerle al final, el poder justificar toda esa desinformación, psicodelia y desconexión lógica. Porque efectivamente todo tendrá un porqué, tanto lo que le sucede a Ainara, como la manera de recibir la información del lector.
Ha sido una novela que me ha dejado una sensación muy rara, de ahí el aprobado raspadillo. Por una parte, creo que es muy interesante por cómo escribe el autor y por los personajes, a los que ha creado con una personalidad super característica, y sus relaciones, que son divertidas, sencillas, fluidas. Sin embargo, esa sensación de un todo inconexo, de falta de información por inexistente y no por cebar el misterio, que se resuelve al final después de dar muchos tumbos y de llenar páginas que al final no han servido para mucho, no me ha gustado nada la verdad.
La idea es buena, el estilo es bueno, pero la estructura no me ha terminado de convencer. Espero que de igual modo os animéis, porque creo que el autor merece mucho la pena y que al final esto es subjetivo, lo que a mí no me convence a otro apasiona.


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El libro es interesante, es ameno, es divertido. Tiene algunas metáforas que sorprenden por ser divertidas y por ser fuera de lo convencional. Mantiene el suspense y el misterio durante todo el libro. Álvaro Navas consigue mantenerte en vilo hasta el final, el cual es explosivo e impactante y te deja con la boca abierta. Te quedas atrapado e inmerso en la historia hasta tal punto que temes finalizar el libro y quedar sin respuestas. Es cierto que me costó un poco engancharme a la historia porque no conseguía cogerle cariño a Ainara, pero una vez que la historia te embauca, no puedes dejar de pasar páginas y páginas. Dado que la trama y los acontecimientos que vive o desvive Ainara son complejos de explicar y entender, la lectura bien podría ser lenta, aburrida y pesada, pero no es el caso. Como está dividido en muchas partes, cada parte cuenta con un máximo de 10 capítulos y éstos son muy cortos, la lectura es ágil y dinámica. Los diálogos entre personajes son ligeros, aunque hay algún diálogo que quizás sobre. Me ha parecido muy acertado el empiece de cada parte, con letras en árabe y una frase en castellano sacada del Corán. La protagonista quiere encontrar pistas acerca de su pasado y de quién la extorsiona y amenaza, y se va desplazando por distintos lugares desde Madrid y País Vasco hasta Roma. La localización de los lugares que recorre está muy bien hecha, es decir, que, al leer sus hojas, al pasear por el libro, te transportas a estos lugares, te imaginas recorriendo sus calles y callejuelas, disfrutando con sus leyendas, fotografiando sus monumentos e indagando sobre quién o quiénes pueden ser los malhechores. En resumen y para finalizar, el libro me ha gustado, aunque más por la trama, las ganas de saber y el misterio y no tanto por la protagonista, realmente no la he cogido cariño, no hemos congeniado. Estoy acostumbrado a que el protagonista me deje huella y envidie alguna de sus cualidades y esto no me ha ocurrido. Así que para mí se queda en un libro sin más que no me ha dejado huella.

La historia la protagoniza Ainara, una profesora de inglés de origen arabe que vive una vida super normal en Madrid. Tras encontrar una pequeña nota en su buzón, su vida comienza a cambiar lentamente. Así, con el pasar de páginas, el misterioso pasado de Ainara se torna cada vez más visible y perturbador. Alguien la acosa y las pistas para recordar su pasado la llevan por un camino denso pero con un final impactante e inesperado.

Un inicio introductorio super lento
La novela de la mujer tras el velo tiene una narración en tercera persona y omnisciente. Está dividida en 13 capítulos (Azoras), los cuales se subdividen en pequeñas partes. A su vez, al inicio de cada capítulo hay un pequeño fragmento del Corán y un dibujo arabesco. Lo cual le da un detalle bastante curioso e interesante pero que puede acarrear problemas al autor. Ya que, según me contó una amiga e investigué, el uso comercial del Corán está prohibido.

Más allá de eso, el autor tiende varias veces a narrar dos escenas en sitios diferentes a la vez, algo que al inicio me generó bastante confusión y que me incomodó hasta el final. En sí esta idea me gusta pero creo que la forma en la que ha usado este recurso fue lo que me confundió al leer. También, de principio a fin nos encontraremos con muchísimas descripciones de los diferentes escenarios de la vida cotidiana de Ainara.

Aparte de las descripciónes, cada capítulo incluye muchos diálogos. Los cuales se me hacían muy cortantes o secos si incluían una breve (brevísima) acción. Incluso entre los diálogos, varios resaltán porque presentan localismos de España. Lo cual puede confundir o perjudicar la lectura si eres latina o no tratas mucho con españoles.

Por lo que el 60% de la novela me ha resultado demasiado lenta por lo antes dicho. El autor usa toda la primera mitad de la novela para resaltar lo normal y perfecta que es la vida de Ainara. Convirtiéndose en una introducción demasiado extensa para darle sentido al final inesperado que tiene la novela.


Personajes por doquier y sin profundidad
Dado que la novela se super centra en la rutina diaria de la protagonista, hay también muchos personajes que van y vienen. de estos no llegaremos a conocer demasiado, sólo lo justo y necesario para que le den más características a la increíble protagonista.

Entre estos están profesores y estudiantes de la escuela donde trabaja Ainara, los profes de la clase de danza, amistades nuevas y viejas, junto con gente de un bar que frecuenta... Bastantes personajes de los cuales algunos me resultaron muy interesantes, como su amiga Esther, y otros me dejaron con deseos de conocerles más, como Rodrigo.

De Esther resalto su amistad y deseo de ayudar a Ainara. También, las partes donde se narra desde su punto de vista y situación me parecieron más entretenidas que el resto de la novela. Sin embargo, la actitud despreocupada de Ainara con su amiga me resultó muy incomodo.

Todo eso para semejante final
Sí, luego de casi el 60% la historia avanza super veloz. Todo sucede tan veloz que algunas partes pueden parecer salidas de la nada (y ahí toca releer). El final no me lo esperaba para nada y resultó muy increíble cómo se torna todo en las últimas páginas. Es bastante impresionante la idea que ha tenido el autor y las vueltas que ha dado para concluir la novela. Ese final es algo que jamás hubiera pensado teniendo en cuenta cómo iba marchando la historia.


CONCLUSIÓN
La mujer tras el velo es una novela que tira más al chick lit que al thriller. Cuenta con un inicio super lento pero después de la mitad aparece la acción. La idea que presenta la historia en general está buena y el final es algo completamente inesperado.

Sin embargo, el exceso de la introducción en la vida de Ainara puede resultar muy denso. No obstante, aunque a mi no me ha terminado de gustar, creo que a quienes acostumbran este tipo de historias les puede interesar.
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En “La mujer tras el velo” encontramos un thriller psicológico, con muchos puntos en los que el autor juega con el lector proporcionando pistas y haciéndole pensar hasta resolver un gran puzzle, que conforma toda la trama.
El libro está dividido en Azoras, que es el nombre que recibe cada uno de los 114 capítulos en los que se divide el Corán, y cada Azora comienza con una cita.
La protagonista, Ainara, es una joven profesora de origen árabe que reside en Madrid. Ainara lleva una vida que se podría considerar muy normal, con su trabajo, sus amigos, sus cervezas de los viernes, las clases de baile a las que asiste… Hasta que un día encuentra una nota en su buzón a la que no da importancia, pensando que podría ser una broma de alguno de sus alumnos. Pero con los acontecimientos que van sucediéndose en los siguientes días, Ainara empieza a creer que esa nota no era ninguna broma y que algo ocurre en torno a ella. Empieza a pensar que no es casualidad que cada vez que le pasa algo se encuentra con una misteriosa mujer que se esconde detrás de un velo y que cuando la mira, se escapa corriendo.
Todo el camino que recorre Ainara descubriendo las distintas pistas es como un gran puzzle, como he indicado anteriormente, en el que juegan un papel importante tanto su presente como su pasado, teniendo repercusión en su futuro.
Es un libro que me ha gustado mucho. Con un lenguaje un poco enrevesado en algunas ocasiones, la trama al principio va un poco lenta, ya que el autor describe con todo lujo de detalles tanto a los personajes y sus respectivas vidas como los escenarios en los que se desarrolla la historia. Yo personalmente es algo que agradezco puesto que me permite adentrarme de una manera más completa en la novela.
El final es totalmente inesperado y, como dice el autor, todo en la trama está perfectamente hilado para que al final todo encaje y tenga sentido.

¡¡ 3 días me ha durado la novela!!, en cuanto empecé a leer,  con cada página que avanzaba, la historia me iba enganchado cada vez más...

Es un libro en el que la protagonista sin duda es Ainara, una joven profesora de inglés de origen árabe, soltera, independiente a la que le encanta su trabajo. El libro nos cuenta su historia y por tanto se narra desde su perspectiva en tercera persona, aunque en algunas partes el autor intercala otros personajes lo que nos ayuda a tener una visión más completa de toda la historia.

La trama se va desgranando un poco lenta al principio (sobre todo en la parte en la que nos muestra el día a día de la protagonista) pero a partir de la mitad del libro empieza a acelerar, y en la última parte  se convierte en una carrera contra-reloj, toda la acción se dispara en un ritmo trepidante (casi parece que eres tú quien está corriendo).
Un libro que mantiene el suspense en lo más alto y nos lleva a un final sorprendente.
El giro que da la novela al final a mí me ha dejado con la boca abierta porque no era ni por asomo lo que yo me esperaba.

Me ha gustado mucho la forma de escribir del autor utilizando tanto lenguaje formal como coloquial para transmitirnos con gran precisión como es el carácter  de los personajes, sobre todo de nuestra protagonista. Así mismo se aprecia un gran trabajo de documentación que queda muy bien plasmado en las descripciones de las ciudades en las que se desarrolla ( a nivel cultural  e histórico): Madrid, San Sebastián y Roma.

Por sacarle un pero: me faltaría que se explicara un poco que es lo que le sucede a Esther, la amiga de nuestra protagonista, porque se convierte en un personaje importante en la trama y de golpe desaparece. Y cuando vuelve a aparecer en la parte final, se queda un poco en el aire que es lo que le ha pasado para llegar a ese punto.

Por lo demás si os gustan la intriga y el misterio y los finales sorprendentes, darle una oportunidad al libro porque merece la pena.