Disfruté mucho la narración polifónica y monológica, a manera de anecdotario del tiempo de la peste. Predomina la descripción de un pensamiento que no parece tan ajeno ante esta nueva peste que vivimos. Diría yo que este libro resulta existencialista, pues sus personajes principales reflexionan sobre la vida y la muerte, la salud y la enfermedad, la pobreza y la riqueza, pero sobre todo dudan de lo que son ante la incertidumbre.
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