Y la iglesia inventó a la mujer

Publicado en el año 2011 es un libro en que la autora hace una profunda reflexión sobre el rol que la sociedad en general viene asignando a la mujer, concluyendo que por siglos a la mujer se le ha otorgado un rol secundario en la que se espera asuma roles que se entiende va con su género, la autora postula que parte de este entender de lo que implica ser mujer es fruto y está fuertemente influenciado por la teoría que al respecto ha creado durante siglos la Iglesia Católica. La autora desarrolla está teoría en base al estudio de la tradición de la Iglesia y el postulado de algunos destacados teólogos. También afirma que muchos de estos postulados no tenían en su origen tratar sobre la mujer, pero terminaron cumpliendo este papel, como indicador señala la teoría petrina-mariana, en la que se establece el rol que juegan San Pedro y María la madre de Jesús, teoría de la cual simplificando se puede concluir que los hombres controlan y dirigen y las mujeres tiene un rol más de acompañante, secundario o tras bambalinas, la autora también destaca que el origen y sentido de esta doctrina no era otro que dar sustento a la idea de que el Obispo de Roma tiene prevalencia sobre los demás, es decir dar marco teórico a la autoridad papal.
La autora también establece que el concepto que la Iglesia crea sobre la mujer no es completamente original de esta institución, ya que tomo muchos conceptos que venian de tradiciones mucho más antiguas, pero que si es responsable de no haber cambiado estos conceptos y que en algunas ocasiones actuó más por comodidad y para ajustar los paradigmas a sus postulados, así por ejemplo señala que el matrimonio solo es un sacramento desde el 1500 aproximadamente del cual se indica que el marido y mujer en su relación son un símil de la relación Cristo-Iglesia, de esto la conclusión más directa es que el marido tiene supremacía sobre su esposa y claro es una unión indisoluble.

En términos generales el libro señala que por tradición se ha indicado que rol corresponde cumplir tanto a hombres como ha mujeres, pero que esto no lleve a creer que está asignación de roles favorece a los hombres, ya que este también se encuentra prisionero del rol que se le asigna.
Hay mucho más que podría seguir hablando del libro, sobre como la autora analiza la figura central de María de Nazareth, como indica que las cartas de Pablo en que se sustentan muchas ideas consideradas machistas fueron mal interpretadas o interpretadas en forma sesgada.
También desarrolla el concepto masculino que se tiene de Dios, concepto que fue roto por Juan Pablo I al señalar que Dios es tanto Padre como Madre, pero está idea no fue prosperando o mejor dicho fue exiliada al olvido por su sucesor Juan Pablo II que demostró tener ideas muy tradicionales al respecto.
En esta reseña he tratado de sintetizar los puntos que me parecieron más destacables del libro, aunque hay varias más que pasó por alto para no seguir extendiendo con las múltiples conclusiones que se pueden seguir haciendo del libro
Para terminar quiero señalar que el libro está escrito de tal manera que pese a la profundidad con que son tratados los temas, su lectura se hace amena y no se torna para nada pesado.
Un libro cuya lectura se hace interesante y convincente en especial porque está escrito desde adentro la autora se declara católica y además tiene estudios de teología.
Tal como dije al principio el libro fue publicado en el año 2011 en medio del pontificado de Benedicto XVI al cual cita en más de una vez, en lo personal creo que sería adecuada una actualización bajo los postulados y directrices de Francisco.
Otra leería con gusto algún libro de la autora sobre María de Nazareth, en este libro expone teorías muy interesantes respecto a esta figura capital del cristianismo, me parece que es un tema en cuyo desarrollo podría seguir profundizando.