El unicornio

“ Y no supo discernir si el mundo donde ella había vivido era un mundo de bondad o de maldad; un mundo donde el sufrimiento poseía significado o un mundo que no era más que una travesura del diablo, una pesadilla violenta”.

En su momento hice una reseña bastante completa de esta novela. Pero como soy muy lista y espabilada, he terminado por borrarla de mi perfil de goodreads. Así que esto que estás leyendo es una recreación hecha como buenamente he podido de esta primera reseña. Suerte que de muchas cosas me acordaba de bastantes cosas y que aún tenia bastante fresca la opinión que me dejo, porque esta novela ha sido una de mis mejores lecturas en los que llevamos de 2021.

Esta lectura es mi primera incursión en la prosa de Iris Murdock, una autora que hasta este entonces no tenía el gusto de conocer. Por lo que he leído en otras reseñas “El Unicornio” es, quizás, su trabajo más inclasificable y diferente al resto. Espero pronto poder descubrir la verdad en esto. Lo que si tengo claro es que ha sido una lectura que me ha sorprendido gratamente, con muchos elementos muy bien llevados. Quizás lo más desconcertante de la misma haya sido que hay muchas cosas que se quedan en el aire, el lector tiene el deber de ir entrelazando los diversos elementos que la autora les ofrece para hacerse su propia composición del terreno a leer. Esto al principio me mosquea un poco, hasta que una amiga me explicó que las novelas de Murdoch son así. Cada lector tiene la libertad de leer lo que tiene delante como mejor sepa o crea conveniente, convirtiéndose así en participante de la lectura, no en un mero y simple espectador de los hechos descritos. Esa es la magia de esta escritora y uno de los puntos que han hecho tan fascinante esta lectura.

A medio camino entre la novela gótica y el cuento de hadas en su versión más oscura, “El Unicornio” empieza con la llegada de una profesora de escuela, Marian, a una mansión perdida en la agreste y hermosa costa irlandesa. En este entorno, Marian se incorporara al hogar de una misteriosa y rica mujer, Hannah, como una suerte de profesora, lectora y dama de compañía. A Hannah la envuelve la neblinosa aura. Vive totalmente alejada del mundo, sin salir de su casa y de sus tierras, rodeada por una pequeña corte de familiares y sirvientes que han convertido sus propias existencias en satélites que órbitan alrededor de la de su señora, en la cual han depositado todas sus culpas, sueños y pecados. Un aura opresiva y de princesa de cuento de hadas, amplificada por un misterioso suceso que tuvo lugar hace años, motivo por el que la mujer ya no sale de sus posesiones, y que tuvo lugar entre ella y Peter, su ausente esposo, cuya siniestra sombra sobrevuela amenazadora durante toda la narración. A todo esto hay que sumar la leyenda local que dicta que a los siete años del suceso, una gran tragedia va a acontecer en el lugar. Un plazo que, como habrá adivinado el lector avispado, va a cumplirse en el momento en que tiene lugar los hechos narrados en la novela.

En general, todo lo que he leído en estas páginas me ha gustado. Murdoch es, realmente, una narradora soberbia. No hay nada en ella que no tenga desperdicio, todos los elementos a su disposición están muy bien medidos, y ella los usa con soberbia y habilidad. La prosa de la autora es intimista, pulcra y rica en detalles. El ritmo narrativo está muy bien llevado, intercalándose momentos de aparente y engañosa calma absoluta con otros turbulentos y en los que pasan todo tipo de cosas. Los diálogos son ágiles e interesantes, importantes para hacer avanzar la trama, conocer la psique de los personajes y dar sentido a elementos esenciales para la trama. El estilo narrativo es bello y poderoso, logra transportar al lector a una atmósfera oscura y gótica, llena de impasses, misterios y espejismos en la que nada es lo que parece. A medida que la narración iba desarrollándose me sentía cada vez más como si estuviera andando sobre arenas movedizas, tal era la intensidad y la tensión que Murdoch sabe imprimir al escribir.

Cuando se coge por primera vez una obra de Iris Murdoch (y esto es algo que yo no descubrí hasta que abrí el presente libro) es que la autora fue profesora de filosofía, y esta materia es parte de las raíces de su bibliografía. A partir de los trabajos de diversos filósofos, como Platón, la obra trata temas muy variados sobre la humanidad, como el bien y el mal, el amor, la salvación y el pecado, el perdón, o la individualidad. En “El Unicornio” todo esto es patente incluso en el titulo. Este animal mitológico representa a jesucristo, aquel que murió para redimir los pecados de los humanos. En este caso, Hannah, la princesa maldita de esta historia, es el objeto de deseo y obsesión de todos los personajes que la rodean. Es el centro de una red de relaciones que no seria descabellado definir como masoquistas e insanas, basadas en el hecho de que todos consideran que esta mujer debe sufrir en su lugar, convertirse en el vinculo para poder salvarse ellos mismos y expiar sus pecados. El Castillo Gaze no es tanto su cárcel como lo es su propio pasado. Todo ello da a la historia una patina de irrealidad que afianza el aire de misterio e irrealidad de este oscuro cuento de hadas que es la novela, creándose una sensación de estar leyéndose una irrealidad, una historia que es a la vez crudamente real y extrañamente onírica.

Si hay algo que me ha gustado especialmente ha sido la ambientación. Murdoch recrea la costa irlandesa con toda su belleza y toda su crudeza, logrando transportar al lector al lugar sin excederse en las descripciones en demasía ni cansar al lector. Por medio de sus palabras, logra recrear un ambiente opresivo y cruel que es un personaje más de la propia historia, convirtiendo lo que es aparentemente bello en una trampa. El Castillo Gaze es una cárcel viviente que oprime y engaña cruelmente a sus habitantes, y con ellos al lector mientras lee. Una muestra más de como los contrarios se conjugan en esta obra, de como lo malvado es bello, y de como la hermosura se paga con intereses.

En definitiva “El Unicornio” ha sido una lectura laberíntica y compleja, que me hizo sufrir y me tuvo en vilo de principio a fin. No es para nada la típica novela gótica, toda ella es una gran metáfora sobre la humanidad, el pasado y la dependencia emocional, donde los tópicos se usan a conveniencia, y donde todo tiene su razón de ser y lo poético es dulce a la par que hace daño. Esta obra me ha encantado, como he dicho antes ha sido una de las mejores lecturas de lo que llevo de año. Quizás una un libro para todos los públicos, pero merece la pena darle una oportunidad a él y a su autora, tomárselo con calma y dejar que lo que se le vaya calando poco a poco mientras se va saboreando un poquito

Una institutriz llega al castillo en el que vive prisionera una hermosa princesa rodeada de una curiosa corte y enmarcado en un entorno amenazador de elevados acantilados y ciénagas traicioneras. Un planteamiento de otra época enmarcado en los años 50-60 del siglo pasado.

“[la institutriz] Recordó lo que le habían contado acerca de que tenía sangre de hada, y no supo discernir si el mundo donde ella había vivido era un mundo de bondad o de maldad; un mundo donde el sufrimiento poseía significado o un mundo que no era más que una travesura del diablo, una pesadilla violenta”.

Al igual que Mariam Taylor, la institutriz que llega al castillo arrastrada por el deseo de dar un giro a su vida, terminé perplejo la lectura de esta inaudita y extravagante historia. Como me dijo una querida amiga, cada escena tomada de forma individual nos revela algo que podemos discernir, algo interesante, bello o sugerente. El problema viene cuando queremos abarcar el conjunto, cuando queremos desentrañar las relaciones y actuaciones cruzadas de estos personajes que muchas veces nos llegan a parecer inverosímiles, quizás porque se comportan más como ideas o símbolos que como personas de carne y hueso. Y a lo mejor este es el punto fuerte del libro, provocarnos este desconcierto, dejarnos con nuestros propios fantasmas, sin guías ni indicaciones, obligarnos a darle sentido, nuestro sentido.

Hannah es la representación del sentimiento de culpa que, como se dice en cierto momento de la novela, la mantiene prisionera de sí misma, y de la cual intenta redimirse a través del sufrimiento. Un sacrificio que parece tener embrujados a todos los habitantes del castillo que ven en ella el bien, la pureza y la rareza del unicornio.

“Ella es nuestra representación de la importancia del sufrimiento”

Todo gira en torno a ella. Sin embargo, son los dos elementos foráneos, los dos individuos que se introducen en la enrarecida atmósfera del castillo, Mariam y el enamorado de Hannan, Effingham Cooper, los encargados de abrir y cerrar la historia, detonar la tragedia y salir de ella transformados. Ambos son incapaces de aceptar la realidad a la que se ha resignado Hannah, se rebelan ante todos aquellos que la mantienen en tal realidad y se resisten a creer que ella la haya aceptado libremente.

“¿La libertad? ¡Estúpida libertad! La libertad puede ser un valor en la política, pero no en la moral. La verdad sí. Pero no la libertad. Es una idea absurda, como la felicidad. En términos de moral, todos somos prisioneros, pero nuestra cura no es la libertad.”

Y también de esto trata la novela, de la dificultad de tomar a las personas tal como son, de aceptar sus elecciones y de la necesidad que nos empuja a intervenir en sus vidas con el peligro que todo ello conlleva. Como dice otro de los personajes, Max, en cierta manera también exterior a la atmósfera del castillo y quizás el único que entendió a Hannah y lo que ella representaba:

“La gente tiene que sobrevivir y siempre inventa un modo de hacerlo, de ver tolerable su situación. Cuando Hannah podría haber sobrevivido odiándolos a todos, o estallando y haciendo todo pedazos, escogió volverse religiosa.”

Siempre me ha intrigado esa para mí corrupta relación entre religión y sufrimiento. El culto a los mártires, el uso de cilicios y otros instrumentos de autotortura, los sacrificios con los que traficamos las ayudas que precisamos de nuestro dios. Pero no seré yo el que demonice el placer que no dudo que la gente encuentra en esta perversión, cada uno con sus cosas.

Pero no es solo el sufrimiento, también el amor, sea cual sea su objeto, es otro de los grandes temas de la novela, y con él muchos de los conceptos con los que puede venir asociado: sumisión, celos, poder, deseo, libertad, odio, felicidad, egoísmo, sexo, destino, miedo…

“Hannah era como nosotros. Amaba lo que no estaba allí, lo lejano. Eso puede ser peligroso. No se atrevía a amar lo que sí estaba presente. Quizá hubiera sido mejor que lo hubiera hecho. No podía amar de veras a la gente a la que veía, no se lo podía permitir, eso habría hecho demasiado dolorosas las limitaciones de su vida. Por ellas, no podía transformar en manejable la idea del amor, que persistió como algo destructivo y temible y por lo tanto ella se limitó a evitarla.”

“Eso, entonces, era el amor: mirar y mirar hasta que uno deja de existir. Eso era el amor, que era lo mismo que la muerte. Miró y supo con una claridad que fue una con la creciente luz, que con la muerte del yo el mundo se convertía de inmediato en objeto de un amor perfecto.”

Una novela que no defraudará a los que como yo aman a esta autora y a sus sugerentes, enigmáticos y siempre encantadoramente presentados dilemas morales y filosóficos.

“Hay cosas que son aterradoras para los jóvenes porque creen que la vida tiene que estar llena de felicidad y libertad. Pero en realidad en la vida no hay felicidad y libertad, no de un modo hermoso. La felicidad es una cosa frágil y miserable, y puede que libertad no signifique nada. Existen grandes normas que se nos aplican a todos, y destinos que nos corresponden y que amamos incluso cuando nos destruyen.”

Hoy nos place recomendaros una gran historia, una ficción gótica en que lo etéreo, lo sobrenatural y lo racional se dan la mano.

En El unicornio, encontramos a la bella Marian que después de aceptar el trabajo de institutriz en el castillo de Gaze abre la puerta a un nuevo mundo que la sacudirá en una espiral de enigmas y sobresaltos sin fin.

Creedme cuando os digo que la historia os atrapará y llegareis a sentir aquello que le va pasando a Marian y la relación que establece con Hannah y su enigmática aura.

Iris Murdoch posee la pluma única que lo hace un escritor tremendamente descriptivo, lo cual nos ayuda a entrar en los escenarios y en las mentes de los personajes de manera instantánea. A su vez, posee una gran capacidad para tejer una trama que no deja nada al azar… cada nuevo golpe de efecto nos sorprende y nos lleva a lugares recónditos en el límite de lo posible y lo imposible.

Gracias a la traducción de Jon Bilbao esta narración no pierde ni una sola gota de la fuerza vital que hace que este libro palpite en nuestras manos, vibre y sea una obra maestra. Desde este humilde blog defendemos contra viento y marea esta gran labor que solo unos pocos tienen el don de poder hacer.

A su vez, es una novela que quizás asusta entrar de golpe pero como siempre nos cuidan mucho y con el prólogo de Ignacio Echevarría podemos introducir la lectura de una manera más cómoda y nos sirve de entrenamiento para poder desgranar y paladear cada genialidad de tan ilustre autor.

De nuevo, Impedimenta nos trae una obra magistral que se debe de leer con calma, disfrutando de su lectura y convertirlo en un hábito o ritual relajante… hay que dejarse fluir por los interesantes torrentes que esta lectura nos presta.

Parece mentira lo bien que conjuga la novela más gótica y la más tradicional de los cuentos de hadas.

Para los que son seguidores de series americanas como “Once upon a time”, “Grimm”, etc... se darán cuenta como todo ya estaba inventado y de una manera mejor.

Es un libro ideal para regalar a amantes de la lectura gótica, fantástica, sobrenatural o para aquellos que disfrutan con buenas historias que se quedan latentes en nuestro interior por mucho tiempo.

¡No os dejará indiferentes!
Enlace: http://lapetitallibreria.blo..

Tenía miedo de que no me gustara. Dudé mucho en comprarlo porque es muy diferente a lo que suelo leer habitualmente, pero me ha fascinado desde el primer momento.

Me ha resultado adictivo y especial. de esos que dejan huella, que marcan un antes y un después. Te abren otra puerta y te descubren un mundo diferente.
Es el primero que leo de la autora, pero desde luego que no va a ser el último.

Ahora tengo que decir, para que no vayais con las expectativas por las nubes y me odieis por ello, que no es para cualquiera. Es un libro de fantasía, algo perturbador. Es de estilo gótico y toques filosóficos.
Posee tantos adjetivos que parece que vives con los personajes y visualizas el castillo de Gaze como si estuvieses en él.

En una mansión lúgubre y decadente al borde de los acantilados, azotada por los vientos, un grupo de estrambóticos personajes custodian a una bella y mística dama, misteriosamente recluida. Todo está impregnado de simbolismo y reflexiones filosóficas algo rebuscadas, pero la viveza del estilo de la autora te arrebata y re envuelve hasta el final. Recomendado para los amantes de las novelas británicas situadas en mansiones y de las consideraciones filosóficas.