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“Quizá la muerte consistiera en permanecer eternamente despierta, envuelta en aquella negra oscuridad. «Pero eso sería demasiado cruel» me dije. «Porque si lo que llamamos muerte no representara un descanso para nosotros, ¿qué salvación tendrían nuestras vidas imperfectas llenas de cansancio? (…) »”. De un día para otro, una mujer será arrancada de los brazos de Morfeo por las noches. Transcurrirá diecisiete días sin poder dormir, sin agotamiento, recuperando horas para sí entre las páginas de Anna Karénina mientras se replantea su vida actual y su futuro, acercándose a los conceptos de soledad, rutina y muerte. Los relatos de Murakami te sitúan en escenarios cotidianos, austeros donde transcurren personajes con una particular forma de vida, rodeada de armonía y celeridad. Hallas paz como lector oriental en sus historias, solo tienes que dejarte llevar por la corriente. Te sumerges en un río de sentimientos con tonalidades apagadas, no acuciantes que te arrastran en el intermedio a la profundidad del ser. Caes sin prisas, liberándote del temor a lo desconocido. Cuando finalmente llegas al fondo, lo aceptas sin más, el tiempo de reflexión pasó entre las páginas, queda aceptar la realidad. |
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