La muerte del comendador (Libro 1)

Se me complica decir el porque lo deje de lado por un tiempo... No era el mejor momento para leerlo, quizá. No me aburrió, simplemente no entendía a donde quiere llegar Murakami, y eso me desconcierta un poco. El libro en sí, es buenísimo tiene un amplio contenido, un lenguaje impecable y culto.
Es una buena historia, al retomarlo nuevamente sentí que fue en el momento adecuado, y se me hizo muy placentero, sobre todo mientras leía, escuchaba a Vivaldi, Beethoven o Chopin, entre otros... Y de verdad, que relajo! Sentí que lo disfrute y me concentre más.
Me gusto la personalidad del protagonista y como Murakami poco a poco nos muestra el crecimiento de éste tras su separación, su forma de afrontarlo, como empieza a llegar gente nueva a su vida... Nuestro querido protagonista es muy reflexivo, y también hace que uno reflexioné sobre la identidad, los afectos, y las experiencias místicas.
Aún no comprendo a donde quiere llegar del todo, pero no me quedaré así, iré por el segundo, quiero saber que quería expresar Tomohiko Amada con el cuadro del comendador, y el propósito de la aparición de éste.

Ante todo comentar que, La Muerte del Comendador es la primera parte, por lo tanto, las incógnitas y misterios no serán todos resueltos al final, quedando algunos para el segundo y definitivo libro. Todo empezará con un retratista al que su mujer pide el divorcio después de seis años de casados. Es un pintor especial, busca el interior de las personas, descubriendo lo que esconden; tiene treinta y seis años en el momento de abandonar Tokio, ciudad donde vivía hasta ahora, y un amigo suyo de la juventud, le deja hospedarse en una pequeña cabaña en la montaña donde había vivido su padre, un famoso pintor.

A partir de ese momento su vida cambiará para siempre. Un enigmático vecino que vive en una mansión de cristales azules entablará amistad con él y le pedirá dos curiosos favores. Una noche un extraño ruido lo despertará para encontrar arriba, en el desván, un cuadro con una tarjeta a bolígrafo en la que pone:

«La muerte del comendador».

En el interior del bosque hay un pequeño templete tapiado con grandes losas de piedras; en su interior suena una campanilla… avisando de un misterio oculto.Hairiku Murakami es como un arquitecto. En su novela no hay nada al azar. Los personajes, los que va introduciendo en el relato, tienen un desarrollo como los planos de un edificio en relación con el exterior. Da la sensación que él desarrolla sus creaciones llevado por la curiosidad, y las estudia para ver cómo reaccionan y viven.

Escrita en primera persona, como todas sus novelas, nos adentrará en un mundo real y sobrenatural. Con una prosa dominante muy occidental, regresaremos a sus temas habituales: la soledad, la pérdida y el reencuentro con uno mismo, aunque esta vez le da bastante importancia al tiempo que pasa de forma cruel y nunca perdona. Nos introducirá el miedo en el cuerpo ya en las primeras páginas con un ser al que es incapaz de verle el rostro…, pero desea ser pintado.

La historia avanzará entre la realidad y lo fantástico, al desenvolver el cuadro del desván para ver la ópera Don Giovanni de Mozart, pintada al modelo tradicional japonés. Historias dentro de otras historias, incluso cuentos budistas que todavía nos dejarán con más dudas sobre lo que en realidad está ocurriendo en esa casa del bosque.

Me leí el libro de una sentada, en verdad, es maravilloso, tan diferente, especial… Es como un sueño dentro de otro sueño del que despiertas y no sabes si despertaste o sigues soñando. Leerlo es encontrar la inmersión total en una dimensión alternativa. Es tu mundo, no porque naciste allí, sino porque él lo hizo para ti. Un libro sobre el mundo del arte, con oscuras historias donde todo queda envuelto en una especie de existencia espiritual. Guiños a esa Viena ocupada por los nazis. Citas musicales de ópera y jazz. Esencias muy japonesas de lo positivo y lo negativo, de la vida y lo que pudiera haber después de la muerte. Sin que falten escenas de sexo muy a lo Murakami.

Esperando esa segunda parte como pocas veces he hecho.

En esta primera entrega de la bilogía de La muerte del comendador el autor nos presenta unos personajes que en un principio pueden parecer personas normales, pero que poco a poco van sacando de su interior ciertos rasgos más bien extraños.

Y es que una de las características de la obra de Haruki Murakami es esta: siempre consigue desarrollar una personalidad un tanto retorcida en sus personajes. Por ello nunca esperas muchos de los giros en cada historia que escribe.

Otra de las características de los libros de Murakami es que cuando son varios libros seguidos como es el caso de la biología que estamos hablando o de la trilogía 1Q84, cuando termina un libro que debe ser seguido por otro, su final siempre te deja con mucha más intriga de la que esperabas. Esto crea la necesidad de continuar con la saga.

Algo que me gusta también mucho de los libros de Murakami y que en este en concreto también aparece es el uso de palabras en otros idiomas. Suelen ser en japonés pero el autor parece un gran amante de lenguaje ya que en este libro nos muestra algunas palabras en otros idiomas. Lo curioso de todo esto es que suele mostrarnos palabras que tienen varios significados e incluso en algunas ocasiones resultan abstractos.

Además, en esta novela también el lector tiene la sensación de que no sabe si lo que está leyendo se asemeja a la realidad o es más bien fantasía. Y es que la línea entre las dos parece desvanecerse en algunos momentos de la lectura. Por esto siempre que leo a este autor me pregunto si no estoy leyendo fantasía o incluso realismo mágico. de momento al quedar todavía otro libro pendiente por leer de esta bilogía no tengo muy claras mis ideas. Espero que cuando termine el siguiente tomo pueda organizar un poco mejor en mi cabeza los acontecimientos que estoy leyendo. Parece que todavía quedan muchos puntos por resolver y ni siquiera me hago aún una idea aproximada de cómo va a continuar esta historia.

En resumidas cuentas este es un libro que por supuesto recomiendo ya que engancha desde el principio pero necesito saber más leyendo el libro siguiente para poder crearme una mejor opinión.

DISCUSIÓN DE LA NOVELA:
En esta nueva historia de Murakami, nos ponemos en la piel de un artista japonés en plena crisis vital. Una introducción bastante dramática, con la presentación de un divorcio inesperado para el protagonista, cuyos ojos contemplaban un matrimonio aparentemente feliz. Por no hablar de que su trayectoria profesional, la cual se ha visto estancada en pinturas retratadas con el fin de pagar las facturas.

Surge la oportunidad de empezar una nueva vida en la casa familiar de su amigo, en la comarca de Odawara, en el seno de las montañas. Un lugar idílico, con la peculiaridad de que la figura paterna de éste, Tomohiko Amada, renombrado pintor japonés, creó allí sus obras. Quizás y probablemente es el motivo que le lleva a aceptar tal propuesta.

Con esta decisión, termina la breve introducción y pone comienzo la trama principal.

Poco a poco, nuestro personaje se adapta al retiro espiritual y artístico, intentando poner fin a una etapa superficial.
Como si se tratara de una novela de Dickens, en medio de la calma, llega primero, el descubrimiento en el desván de una obra misteriosa titulada "El título del comendador", del pintor Tomohiko, con un mensaje oculto encerrado en simbolismo y metáforas, indescifrable a unos ojos acostumbrados a perfilar y atravesar la realidad de las formas materiales.

Por no hablar de la petición extraña de un retrato por parte de un desconocido que ofrece una suma nada desproporcionada.Un encuentro con la llegada de un espectacular Jaguar, conoce a un hombre de mediana edad, rasgos bellos y un pelo blanco cubierto en su totalidad, revestido de una formalidad absoluta.

Quedan dos cuestiones por entender: ¿qué hace una obra del gran pintor escondida con esfuerzo para no ser encontrado?, ¿quién es el enigmático propietario de una de las escasas viviendas anexas a la casa familiar y por qué conoce al protagonista?

No sabemos si hay una relación entre ambos sucesos, pero sí os cuento que se ha abierto la caja de Pandora, y no hay vuelta atrás. La ficción comienza y la realidad cobra menos importancia en esta novela de Murakami.

IMPRESIÓN PERSONAL:
Una portada de una figura masculina sin rostro, difuminado en colores es el primero de los enigmas de esta historia.

Se nos muestra un Japón contemporáneo que ofrece una lectura ligera sin necesidad de traducir un vocabulario alejado de nuestra evolución occidental. Es la firma característica de Murakami, que no pone excesivo hincapié en elementos culturales, a pesar de quizás muchos de nosotros estamos atraídos por la cultura nipona.


Una temática basada en el arte, en la pintura, desde una perspectiva que nunca había leído, que trabaja la dimensión personal de los retratados para crear una pintura que tenga 3 dimensiones, alto, ancho y la esencia de la persona encerrada en muros de cristalino. Otros elementos como la música clásica y ópera barroca, dan esa familiaridad.

En principio cabe esperar una novela narrativa, de la vida retirada de un retratista, pero, el descubrimiento de la obra culmen de Masahiko, "La muerte del comendador", es el principio del distanciamiento con las esferas de la realidad y podría asemejar al protagonista con Don Quijote de la Mancha, entre dos mundos, el de la realidad y el de su imaginación, ambos buscando su turno. de esta forma, tenemos una novela que mezcla realidad con no ficción en una ecuación con un resultado igual a buena historia.


Una primera parte, con pocos personajes, pero muchas incógnitas acerca de todos ellos, es la miel que me atrajo en esta primera parte. Capítulos con frases que se mencionarán a lo largo del capítulo y deseas entender su significado y resolver este puzzle de 474 páginas.


Para todos aquellos seguidores de Murakami, seguro que antes de esta reseña ya habéis empezado a leer; para aquellos que no lo conozcan y busquen una historia distinta, tenéis a disposición una suculenta historia con segunda parte. Una trayectoria que aporta calma, con momentos de tensión bien distribuidos en cuartetos en una historia japonesa muy distinta de la que hemos recreado hasta ahora.


PUNTUACIÓN: 9/10
Enlace: https://loslibrosdepresto.bl..

“Afable es una palabra con una resonancia extraña “
Afortunadamente yo no debo serlo con la literatura de Murakami,
En virtud de que una idea no tiene memoria propiamente dicha, pero subsiste con muchas limitaciones, por ejemplo debe ser convocada, mas que invitada, para asistir y existir,
Basicamente el nombre de este libro, basado en un supuesto cuadro pintado por un pintor japonés reconocido, como una denuncia al régimen Nazi, que le tocó vivir en carne propia, no es mas que el pretexto para que Murakami teja una red de ideas y las interconecte, al parecer sin orden ni concierto,
Pero finalmente como nos acometen sino las ideas, así, súbita, abruptamente, y se traslapan en nuestra mente, dando lugar a la siguiente, sin necesidad de sustraerse a la anterior, y permitiendole subsistir, por tiempos indeterminados, que no se miden en días u horas, tal como el estribillo de una canción que súbitamente nos aborda y nos ataca, por épocas, o al parecer sin razón alguna,
De esta misma manera, lo manifiesta, al tratar de explicar lo que hace a un cuadro una referencia que no puede ser explicada con palabras, para mi la literatura de Murakami, es una serie de palabras que no puede ser concebida de otra forma que de manera escrita, y que me resulta muy difícil de explicar las sensaciones que me genera, aunque debo decir que la mayoria de ellas es placentera,
El tema del libro, un pintor, su divorcio, aislamiento, descubrimientos, que lo llevan a interiorizar, pero que simultaneamente lo catapultan fuera de si, en pro de situaciones a resolver, que al parecer no le competen pero lo confrontan con su propia realidad, la presencia de Menshiki, necesaria para dar forma a esas ideas, y sentido a ese tramo de su existencia,
Lenguaje pulcro, llano, simple y directo, sin perder su profundidad
Limites entre realidad y fantasia, borrados, tal como sucede en los sueños, en sus sueños o sus ensoñaciones .
Reiterando, no debo ser afable, la lectura de Murakami, me gusta, me parece suficientemente plena, aunque debo reconocer que en ocasiones se repite, aún así todo parece, para mi gusto, quedar justificado,
¿ lo recomiendo?....por supuesto, que coincidan conmigo ya es otra cosa,
Finalmente las ideas son solo eso ideas... van y vienen. Pero existen,