Este segundo libro de La muerte del comendador me ha parecido algo más flojo de lo que esperaba. Quizá tenía en mente otros libros del autor, donde en un principio son más o menos normales, pero a los que se van añadiendo situaciones cada vez más extrañas y fantásticas, siempre de la mano con la realidad. Pero en esta ocasión me ha parecido que solo ponía una pincelada sutil de fantasía, y me ha dejado con ganas de más. Mis expectativas eran también altas en cuanto al toque fantástico del autor, ya no solo por haber leído otros libros suyos y tener esa experiencia previa, sino también porque al principio de este tomo el protagonista se relaciona más con su vecina que durante el anterior, una niña muy peculiar. Esta niña es bastante reservada y rara, y por ello también esperaba que diese más juego del que ha dado en la historia. Pero no ha satisfecho mis expectativas. Es cierto que a la figura fantástica del comendador, en este libro se añade alguna que otra más, pero son como siempre personajes más bien cercanos a la realidad, y siempre te hacen preguntarte si no estará alucinando el protagonista, o estará malinterpretando señales de la naturaleza como fantásticas. En ese sentido la pluma del autor siempre es bastante certera, y en estos dos libros se ve la misma calidad que en otros. Como siempre, las descripciones son tan realistas que resultan una maravilla para el lector. En muchas ocasiones puedes hasta oler el aroma del bosque de detrás de la casa del protagonista después de una tormenta, sentir el calor de un buen plato en la mesa o escuchar claramente la campanilla que utiliza el comendador para pedir ayuda desde su agujero en el suelo. Es una gozada leer a Murakami porque en esos incisos en los que no hay acción y la trama está esperando a continuar, te deleita con frases preciosas que despiertan tus sentidos. Aunque no me ha desagradado en absoluto esta bilogía, he de reconocer que me han gustado mucho más otros libros del autor. Aún así, no dejaría pasar la oportunidad de leer estos dos libros siendo una gran seguidora de Murakami, porque aunque me han resultado algo más flojos que otros, he pasado buenos ratos leyéndolos y he disfrutado de su lectura. Si aún no conoces al autor, hay otros libros que te recomendaría antes que estos. Puedes buscar en mi blog algunas otras reseñas, o preguntarme directamente por email o en mi perfil de Instagram. Estaré encantada de hablar de Murakami, de libros y de todo lo que tenga que ver con literatura. + Leer más |
Cuando nos rodean los muros, la aventura de toda una vida quizá consista en franquearlos. El regreso de Murakami a la novela después de la muerte del comendador.
Poco se imagina el joven protagonista de esta novela que la chica de la que se ha enamorado está a punto de desaparecer de su vida. Se han conocido durante un concurso entre estudiantes de diferentes institutos, y no pueden verse muy a menudo. En sus encuentros, sentados bajo la glicinia de un parque o paseando a orillas de un río, la joven empieza a hablarle de una extraña ciudad amurallada, situada, al parecer, en otro mundo; poco a poco, ella acaba confesándole su inquietante sensación de que su verdadero yo se halla en esa misteriosa ciudad. de pronto, entrado el otoño, el protagonista recibe una carta de ella que quizá suponga una despedida, y eso lo sume en una profunda tristeza. Tendrán que pasar años antes de que pueda atisbar alguna posibilidad de reencontrarla.
Y sin embargo, esa ciudad, tal y como ella la describió, existe. Porque todo es posible en este asombroso universo donde la realidad, la identidad, los sueños y las sombras fluctúan y escapan a los rígidos límites de la lógica.