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Crítica de Daniel7


Daniel7
13 August 2020
Entre el barrio de Sant Ildefons de Cornellá de Llobregat y Zarza Capilla transcurrió la infancia y adolescencia de David y Jose Muñoz. Los recuerdos de los lugares de su niñez, sus primeros profesores musicales y el sentimiento de sentirse con orgullo hijos de su barrio fue alimentando a dos hermanos inseparables que escuchaban canciones de Los Chichos, Pimpinela, Peret y Junco a quién oían cantar al salir de clase. Para conocer de qué manera ellos deambulan entre las calles de su vecindario y el pueblo de sus padres, esta obra ahonda en el árbol genealógico de los Muñoz desde las emigraciones de sus padres de Extremadura a Cataluña pasando por la importancia del tío Lolo en su educación musical o el papel de la abuela Juliana en sus vidas. Antes de la música, la familia. Este es uno de los pilares sobre los que se vertebra este relato donde todo lo que vino después de 1999 habría tomado otra dirección si no fuera por los lazos inquebrantables que David y Jose poseen entre ellos y los suyos. Cartografiando los viajes entre la ciudad que los vio nacer y de la que proceden sus padres se recalca el papel clave de la familia en la historia de Estopa.

Dentro de este ambiente existen otros lugares que, al unirlos, trazan el crecimiento personal del dúo cornellanense. Se trata de espacios como el bar La Española, regentado por los padres de los hermanos Muñoz, las fiestas de Zarza Capilla y las historias que, poco a poco, iban aflorando en las mentes adolescentes de David y Jose. Fue en el bar de sus padres donde conocieron a Emilio Hita, su primer maestro de guitarra, cuyas enseñanzas ampliaron con las clases que les dio Jordi Robert i Pitarch. Tras las primeras lecciones, llegaron las primeras piezas musicales de los dos chicos que conoceríamos tiempo después como Estopa. En estos años se ubican temas como «El periquito», «El ballenero» o «El llanto del poeta». Algunos de los versos de estas composiciones han visto la luz por primera vez entre las páginas de esta obra, lo cual la enaltece como texto estopero.

Entre este período y el nacimiento de la emblemática maqueta que circuló por todas partes hace más de dos décadas, David Muñoz hizo la mili, su hermano trabajó en un restaurante de Barcelona para después unirse a su hermano mayor en la fábrica Novel Lahnwerk, filial de Seat, donde elaborarían piezas de vehículos y musicales. El primer premio en el II Concurso de cantautores del barrio de Horta de Barcelona en 1998 lo invirtieron en grabar las canciones de la maqueta donde se incorporaron temas hoy inéditos como «Sentir diferente», «La cosa está mu mala», «Més vi» o «Follarte». Las tres primeras las han interpretado en algún concierto mientras que la última reside en el baúl de las pornocanciones junto a la versión íntegra de «Feliz». Igual que ocurre con las primeras composiciones musicales de Estopa, en estas memorias se recogen algunos versos de estas melodías primigenias como los siguientes de «Més vi»:

“Més vi, vull més vi, fins a emborratxar-me.

Vull nedar en un mar d'alcohol.

No vull sortir del llit, sigui com sigui vull més vi.”

Acercándose peligrosamente al 18 de octubre de 1999, David y Jose cuentan cómo su música llegó a la editorial EMI y, posteriormente, al sello discográfico BMG Ariola. A pesar de que ellos han explicado innumerables veces los precedentes que llevaron a la publicación de su primer trabajo, la dedicación de Mari Paz para conseguirlo, la pareja de David, o que sus canciones les gustaron a las personas poderosas de la discográfica en el momento adecuado; la naturalidad, humildad e ilusión con la que lo vuelven a relatar ha sido captada en esta obra. Asimismo, Bianciotto y los hermanos Muñoz se detienen en revelar cómo se fue gestando el equipo que acompaña a Estopa desde sus inicios a la vez que se hace hincapié en músicos ya fallecidos que son vitales para ellos como Sergio Castillo o José Antonio Romero. Como si se tratara de la formación de un grupo de superhéroes, se narran los fichajes del manager Tito Heredia y de los primeros músicos que tocaron con el dúo cornellanense como Juan Maya, Paco Bastante, Ludovico Vagnone, Efraín Toro, Jaime Asúa, Luis Dulzaides, Alfonso Pérez, Antonio Serrano, Chonchi Heredia, Chiqui Maya, Eva Domingo, Miguel Piquerias y Anye Bao. La mayoría siguen mientras que otros tomaron otros caminos. Y un día nació Estopa.

La parte troncal del libro, Los discos y las giras, demuestra el conocimiento profundo de Bianciotto sobre la carrera musical de Estopa. A lo largo de veinte años de carrera, el periodista musical reseña brevemente las piezas musicales de los discos, aporta fechas y lugares de lanzamientos de los álbumes, conciertos, giras, el frenesí entre Estopa y Destrangis, dejando una síntesis de cada trabajo de los hermanos Muñoz en las dos décadas que han pasado desde aquel 18 de octubre de 1999. al igual que ocurre en el resto de la obra, las conversaciones con David y Jose le otorgan ese carácter único que ellos poseen y que con las experiencias vistas en perspectiva descubrimos y redescubrimos las pequeñas historias que se han ido gestando entre uno y otro trabajo musical, su forma de digerir el éxito, de mantenerse con los pies en el suelo y de ser fieles a sí mismos. El dúo cornellanense transmite las anécdotas de este período de sus vidas siendo conscientes de los momentos alegres, duros, sorprendentes, mostrándose agradecidos de que siga habiendo gente que vibre con sus canciones.

Revisitar esta época supone también una mirada hacia el crecimiento musical y constante aprendizaje de los hermanos Muñoz a través de su primer productor Sergio Castillo, músicos que han tocado con Joaquín Sabina como Antonio García de Diego o Pancho Varona y cómo, disco a disco, David y Jose se han armado de valor arriesgando con sus canciones, involucrándose más en el proceso de producción de los álbumes y componiendo sin prisas. Con el tiempo, confiesan que han ido fraguando un modus operandi de elaboración de sus trabajos que se caracteriza por la constancia, la dedicación y la pasión por contar historias que ellos quieren dar a luz sin que el peso de la recepción del público les condicione. Esta determinación en ser fieles consigo mismos constituye otro de los pilares de Estopa.

Planeta Estopa es una inmersión a la constelación de referentes culturales de los que beben David y Jose. Partiendo de conversaciones entre los hermanos Muñoz y Bianciotto, se comentan las influencias musicales del dúo cornellanense como Extremoduro, Joaquín Sabina, Los Chichos, Luís Eduardo Aute, Javier Krahe, Antonio Vega o MC Randy, entre otros. de la misma forma, se mencionan directores de cine a los que admiran como Tim Burton o Quentin Tarantino. A lo largo de su carrera han mencionado su pasión por estos artistas, lo cual se constata en estas memorias de forma más pausada y citando ejemplos de obras de estos referentes que les han marcado. El otro hemisferio de este mundo estopario se centra en la seña de identidad de estos dos hermanos. Siguen arraigados a su barrio y a su gente. No importa cuánto dinero, fama o poder hayan alcanzado porque ellos siguen definiéndose y actuando como David y Jose, hijos de Pablo y Paula, del barrio de Sant Ildefons de Cornellá.

El libro de Estopa no son solo memorias realizadas con motivo del veinte aniversario de la publicación del primer disco de los hermanos Muñoz. Esta obra reúne anécdotas de la vida de estos dos artistas cornellanenses a la vez que la intervención de Jordi Bianciotto ofrece la visión externa de un periodista musical que ha seguido minuciosamente la carrera de Estopa. Este saber se ha cristalizado en un texto lleno de nostalgia, anécdotas, introspección, bares, risas, rumba e historias encadenadas de las canciones que van acariciando las guitarras de David y Jose Muñoz.

Lee la reseña completa en: https://elbohemiodehojalata.wordpress.com/
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