 |
Del rojo lo naranja es una historia cotidiana contada con una gran originalidad, contiene muchas dosis de ironía y un ritmo que no permite despegarse de la historia. Para ser una opera prima, el autor sabe sobreponerse a los peros para presentar una obra que es totalmente recomendable. “Del rojo lo naranja” es la historia de Alejandra, una chica con una licenciatura que comparte piso con una compañera en Guadalajara mientras busca trabajo en estos tiempos difíciles. Un día en un trayecto en autobús entre Guadalajara y Madrid conoce a Iván, un profesor que viaja con sus dos hijas pequeñas y al que Alejandra se ofrece a ayudar ante lo patoso que este se muestra intentando cuidar de sus dos pequeñas. Tras esta pequeña aventura, ambos decidirán conocerse mejor y quedaran para una primera cita y será en este encuentro donde Iván le cuenta que Paula, la madre de sus dos hijas falleció recientemente. Alejandra siente cierta atracción por Iván pero poco a poco y bajo la sospecha de que él oculta algo y que su comportamiento muchas veces no casa con la imagen que quiere dar a los demás decidirá averiguar qué es lo que ocurre realmente. Debo admitir que mis palabras se quedan cortas a la hora de explicar un poco de que va la obra de Ricardo Muñoz. El motivo no es otro que el de no querer desvelar demasiado de la trama, una trama que su autor nos plantea a lo largo de 18 capítulos contados por Paula la mujer de Iván y por Alejandra su actual novia. Ellas nos irán contando sus historias junto a Iván y poco a poco uniendo las dos historias iremos formando la composición general que nos facilite las respuestas a las preguntas que el lector se va planteando a lo largo de toda la lectura. Una obra que se desarrolla en una época actual sobre el año 2012, entre los escenarios geográficos de Madrid y Guadalajara, en plena crisis económica la cual se siente plenamente entre las páginas del libro ya que su autor reflexiona constantemente sobre temas que intuyo, le toca muy de cerca y que beben de su experiencia personal como los años universitarios, los estudios, el trabajo basura, el paro, las relaciones, etc. Una temática muy actual y que ha sabido intercalar muy bien a lo largo del libro para complementar una historia ya de por si bastante interesante. Con un lenguaje muy visual, detallista sin caer en el aburrimiento o descripciones cansinas, Ricardo se maneja bien con el lenguaje, convierte su obra en una lectura ágil, llena de interés con una originalidad sorprendente en la forma que ha buscado para contar su historia. Este gesto aporta frescura, podría decirse que vamos a leer algo típico pero contado con mucha imaginación y estructurando mucho los tiempos y la información para que se nos haga adictiva. Puede que por ser su primera obra no haya sabido encontrar un primer capítulo donde enganche de manera rápida y directa con el lector, pero lo que no encontramos en sus primeras páginas, lo derrocha en el momento en que las presentaciones de los personajes están hechas y nuestro interés por saber que esconde Iván , qué ocurrió realmente con Paula y si Alejandra al final saldrá bien parada de su relación con un personaje, el masculino que sin tener voz en la novela (no cuenta con capítulos narrados por él,) es el personaje central sobre el que giran todos los hechos, un protagonista que nos hará odiarlo, dudar de él, tenerle lastima y que nos predispone a sentir de todo hacia él. Espero que no sea la última novela que lea de Ricardo Muñoz, un escritor que si pule los fallos que él mismo asegura haber cometido, sus futuras obras seguro que el único camino que pueden tomar es el de ir a mejor. Una historia original, interesante cuya intensidad no decae en ningún momento a pesar de que en algunos momentos las reflexiones del autor se hagan un poco largas, la trama tiene tanta miga que no deja de gustar. A pesar de los peros he salido muy satisfecho de esta lectura, creo que el autor ha sabido emprender un proyecto que no era fácil y el resultado ha sido de merito y lo más importante de interés para los lectores que buscan historias interesantes. No puedo concluir sin comentar algo sobre el título, un título raro y que yo al menos no supe ubicar en un primer momento en el contexto de la historia. Ricardo Muñoz lo explica en una conversación dentro de la novela y he me deja con una sonrisa en la cara, magnifico título y muy acertado. Una frase que cobra todo su sentido y que nunca había oído hablar pero que a partir de ahora usaré cuando se tercie. Enlace: http://librosenelpetate.blog.. |
>
