En tierras bajas

Estamos ante un libro que oprime a través de cada uno de sus relatos.
Relatos en apariencia sobre la vida cotidiana en un pueblo pequeño que son contados desde la perspectiva de una niña que parece vivir aplastada y oprimida incluso por la misma naturaleza. Porque dónde otros autores usan el paisaje, los colores y olores del paisaje como símbolo de belleza y libertad, Herta Muller los usa como metáfora de opresión, de falta de libertad
En estos relatos hay algo brutal incluso cuando se alejan de la realidad y se adentran en lo onírico. Tanto lo real como lo de ensueño se van configurando en una pesadilla.
Son relatos de una niña cuyo mundo la hecho perder la inocencia (y no hablo de inocencia en términos sexuales) si no de esa ingenuidad con que los niños ven el mundo. Acá los bosques son oscuros, los olores de las frutas evocan traiciones y engaños.
La muerte, el dolor, la soledad se unen en este libro.
Estremecedor y brutal son sin duda las palabras que mejor describen este libro.

Esta va a ser una opinión super impopular, pero es que no me ha gustado en absoluto. Lo único que se salva y me ha parecido interesante es la pluma de esta autora. El resto me ha dejado totalmente indiferente.

Por una parte, la forma en la que la autora ha decidido contar la historia me ha resultado liosa y poco atractiva. Acabo de terminar el libro y sigo sin entender que quería contar la autora con esta obra. La voz que narra cada capítulo (cada relato en realidad) pertenece a una niña, pero en cada capítulo parece una persona diferente, no por el cambio de narración que siempre es igual, si no por la familia y el entorno que nos describe. Así que ahora no sé si es siempre la misma, con diferentes familias o es siempre distinta con la misma voz. Más lio aún.

Para terminar de rematar, vivimos durante la novela (sobre todo en la primera mitad) una enorme cantidad de descripciones sobre maltrato o muerte animal. Cosa que me ha hecho sentir incómodo gran parte de la novela y por supuesto me ha arruinado la lectura completamente. No he entendido la necesidad de poner tantas de esas escenas. Quizás, si necesitaba plasmarlas, con unas dos o tres era más que suficiente.

En definitiva, ha sido una absoluta decepción este primer acercamiento a Herta Müller, y es una pena porque le tenía muchísimas ganas. Pero su pluma me gusta, así que volveré a intentarlo.