Yo no vengo a decir un discurso

Es difícil ser objetivo sobre nuestro escritor favorito; sin embargo, con o sin equivocación, después de leer este volumen que recopila los discursos de Gabriel García Márquez, no puedo más que afirmar: Gabo se encuentra entre los mejores escritores del siglo XX.

El formato cambia, pero en estos discursos aún es posible encontrar la esencia que el colombiano imprimió a cada una de sus novelas, cuentos. al leer estos textos, uno no puede más que reflexionar, reír o sentirse invadido por una profunda nostalgia ante muchas de las afirmaciones que son ciertas. En ellos, encontramos al hombre sensible, honesto, temeroso de las multitudes pero firme ante los temas que le apasionaban.

El libro contiene citas que son joyas, desde las que se encuentran en su más emblemático discurso, cuando recibió el Nobel de Literatura, hasta aquellas encontradas en el texto en qué Gabo habla de cómo comenzó a escribir hasta la profesión de fe hecha sobre la literatura.

Me resultó conmovedor ver el amor de García Márquez tanto por México como por Colombia, o más bien, por toda América Latina. El discurso sobre su tierra, me resultó particularmente relevante y emotivo, considerando la situación actual de México. En la conclusión de este texto, el autor hace un llamado para amar dicha tierra (Colombia) de tal manera que se convierta en la tierra que nos merezca y merezcamos. Sólo así podrá haber un cambio después de la crisis política y social.

Gracias, Gabo.