A veces el tema no es lo importante, sino la maestría de Garcia Marquez, para sacar palabras de la manga e insertarlas de manera que convierte un simple acróstico en un rompecabezas de mil piezas, en sentido real y figurado. En el cuento que da nombre a la antología la descripción de las no imágenes, de lo onírico trasladado a una realidad más integra y redonda , mas pulida que lo vivido en el estado de despierto, donde todo es olvidado. Las no imágenes en la pared mas minuciosamente descritas que las reales. En “en este pueblo no hay ladrones” tras una larga elipsis literaria consigue que se condene más ser bruto que ser ladrón. Cada cuento es sumergirse en el surrealismo de la muerte, no la violenta e inmediata, si no aquella que con el tiempo va permeando en el alma de los protagonistas . En el núcleo de las cosas, la que realiza su labor en base a la degradación, el hastío, el deterioro, que alcanza a las palabras y las vuelve corruptoras del ambiente, y al tiempo engrandecedoras del lenguaje dotándolo de la vida que va sustrayendo a los relatos. Por cierto...a quien se le ocurre nombrar ojos de perro azul al amor de su vida, por muy onírico que sea. |