El coronel no tiene quien le escriba

Una pareja de ancianos se encuentra viviendo en la miseria, empeñando todo cuanto poseen para poder subsistir, hasta tal punto de que ahora la única propiedad que les queda, que podría representar un ingreso económico considerable para ellos, es el gallo de pelea que les heredó su único hijo, que fue asesinado años atrás.
Sin embargo, el hombre se resiste a poner en venta al animal, pues está convencido de que si logran llegar hasta la temporada de peleas de la gallera, el ave les hará ganar mucho más dinero, del que conseguirían si se deshicieran de él. Además, el anciano también tiene puesta la esperanza en que de un momento para otro le llegará la carta que le anuncie que le comenzarán a pagar la pensión que le debe el Estado como veterano de guerra.

Así entonces, el coronel se va a enfrentar a las constantes protestas de su mujer, que además de padecer hambre, se encuentra enferma; a la honda decepción que siente cada que el buque del correo llega sin noticias para él; y al hecho de tener que disfrazar su precaria situación ante sus conocidos, para no despertar en ellos la lástima que laceraría su orgullo.

Este libro cuenta con 126 páginas y 7 capítulos, y está narrado en pasado y en tercera persona.

Como era costumbre de Gabo, esta historia contada con sencillez, pero con genialidad, está basada en una realidad cruda que les tocó vivir a varios hombres que envejecieron en Colombia esperando en vano que les pagaran los servicios que prestaron en batalla.

Ahora bien, en cuanto a los personajes se refiere, es indispensable resaltar lo bien trazado que se encuentra el del coronel, y es que este, a pesar de estar prácticamente muriéndose de hambre, nunca pierde la esperanza, la entereza, ni la dignidad, reflejando así la resiliencia de un pueblo colombiano, que se empeña en seguir en pie de lucha, pese a los problemas que desde el inicio lo han aquejado.

Puntuación: 5/5