La herencia de Eszter

Una gran novela, intensa, precisa, profunda y muy especial en relación al análisis psicológico de los impresionantes personajes absolutamente caracterizados que intentan provocarnos, y lo consiguen.

La novela fue escrita en 1939, algunos años antes de que el escritor abandonara Hungría. Y tres años antes de escribir otra de sus importantes obras, El último encuentro.

Una novela que leo de un tirón, te atrapa, ya que es una historia magistral como otras muchas de este gran autor. Un gran maestro de la prosa y también de los diálogos largos y con personajes que reflejan una gran profundidad.

Está narrada en primera persona por la protagonista, por Eszter, una mujer madura, soltera, y que ya no espera nada, solo la muerte.

Se va narrando su existencia y una vida paralizada, derrotada y rota, al recordar la historia de un amor en un momento de su juventud, en el que se truncaron todas sus ilusiones, quedándose reducida a un destino sin alicientes.

La novela se inicia cuando Eszter, recibe un telegrama de su inolvidable amor, Lajos, anunciando su inminente visita.

Después de recordar su pasado relacionado con el amor de su vida, que ocupa ya toda su existencia, y expresar el dolor y sufrimiento provocados tanto a ella como a su entorno familiar, vuelve a aparecer Lajos, aquel gran amor, que siempre fue un mentiroso, timador y despreciable que vuelve como viudo de su hermana, tras más de veinte años de ausencia.

¿Por qué regresa? ¿Para qué? ¿ Qué intenciones tiene?

Ahora se produce el reencuentro, el regreso de Lajos, un hombre que es un aventurero, un farsante, un embaucador y un vividor sin escrúpulos, que le recuerda a Eszter su soledad y la mediocridad de una existencia, que transcurre en compañía de una pariente, ya anciana, instaladas en la casa de su padre.

De esta forma, repasa su vida y también la de las personas que han estado ahí en sus años malgastados.

Llega Lajos nuevamente, aunque con una intención muy clara y mezquina, aquí tenemos las respuestas, quiere despojar a Eszter de lo único que tiene valor, la casa y su jardín, su medio de subsistencia.

Se analizan de forma magistral los comportamientos y el carácter de las personas que la rodean en ese fatídico domingo, cuando aparece Lajos con todo su séquito, que la va a llevar hacia su autodestrucción, ya que Eszter con pesimismo y resignación acepta su destino, un destino muy doloroso, marcado por la fatalidad de un desgraciado amor que la aniquilará para siempre y hasta su final.

La novela está narrada en forma de un testamento emocional, se trata de una indagación sobre las pasiones del ser humano y de seres abocados a la caída y la derrota. Una interesante introspección psicológica hacia el pasado.

Eszter es un personaje potente pero un personaje desarmado y destruido absolutamente. Podemos preguntarnos también ¿dónde están los límites de un personaje como Lajos?

A partir de aquí, nos podemos plantear los temas relacionados con valores, con la moral, con lo que es bueno y malo, con las mentiras, las injusticias, la traición , el sentido de la vida, el amor destructivo, y un largo etcétera que nos pueden llevar hacia importantes reflexiones.

Nos implicamos y nos enriquece. Como he dicho, una joya, una obra magistral y conmovedora.

Si se encuentran con Márai, no lo dejen. Todo un prodigio.

3,5 🌟 Eszter es una mujer soltera que vive tranquila en la casa con jardín que heredó de su padre, se mantiene como puede y acompañada por una pariente ya anciana. Ya dejó su juventud atrás y nos narra cómo Lajos (un antiguo conocido, canalla y mentiroso empedernido, que fue importante en su vida y en la de su familia) reaparece después de muchos años y le informa que va a hacerle una visita. Conoceremos la relación que los une, lo que este viene a buscar y las consecuencias de esta visita inesperada tanto en ella como en aquellos que la rodean que sienten un gran aprecio por la buena de Eszter. Todos conocen de más a este Lajos descarado y vividor, que vive la vida sin límites, pero a la vez produce cierta fascinación en todos, menos en el Notario.

Esta historia parece hablarnos del destino, como algo inevitable. Eszter siente que ha de "cumplir con su deber", quiere dejar sus obligaciones resueltas. Se entera de una serie de acontecimientos, que aun pasando hace muchos años, le remueven su interior: lo que debería de haber hecho, lo que pudo haber sido si hubiese actuado de otra forma... Reflexiona sobre la relación con su hermana fallecida, sobre sus sentimientos hacia este Lajos distorsionador y manipulador, que a la vez trae viveza y resplandor a la vida de unas personas que se rigen por la tranquilidad, por el orden y por hacer lo más correcto en todo momento. Eszter es consciente de la realidad, no es ingenua, pero se ve atrapada en aquello que siente que ha de hacer.

Sandor Márai siempre me atrapa con su estilo y en esta ocasión no iba a ser menos. Pero confieso que de todos los libros que he leído de él (El último encuentro, La mujer justa, Divorcio en Buda) este es el que menos he disfrutado. Diría que se debe a que me ha costado entender las razones de la protagonista, aunque al final la he comprendido algo más.

Es una lectura interesante, que atrapa, pero lenta (no lo digo como algo negativo, disfruto mucho de la lentitud de Márai), más que ocurrir cosas nos introduce en el mundo interior de los personajes como suele pasar en las novelas de este autor. Me ha gustado.

Con Márai yo tenía una deuda pendiente. Hasta ahora me había enfrentado a dos de sus obras con resultados totalmente opuestos: "La mujer justa" fue una novela que me encantó, me atrapó desde las primeras páginas y me parecieron una historia y narración perfectas; sin embargo "La hermana" me gustó tan poco y me aburrió tan soberanamente que la abandoné sin terminarla (y mira que era cortita). El caso es que necesitaba un "desempate" para decidir si el autor me gustaba o no y me aventuré con esta novela (también cortita por si las moscas).

En "La herencia de Eszter" es la propia Eszter la que nos narra los sucesos que tienen lugar en a penas un par de días, pero a través de recuerdos y de las conversaciones que tienen lugar esos días vamos a conocer gran parte de la vida de la protagonista y su familia, junto con secretos y rencores antiguos.

La vida tranquila -pese a no ser completamente feliz- que ha conseguido Eszter en los últimos veinte años se verá trastocada por el regreso de Lajos. Lajos es un hombre mentiroso, manipulador y embaucador que ha dedicado su vida a abusar de los demás mediante engaños y falsas apariencias. Como buen manipulador era casi imposible no caer en sus encantos, por lo que siempre conseguía lo que se proponía.

A medida que pasan las páginas vamos descubriendo qué cosas pasaron y por qué pasaron, vamos encajando las piezas y nos metemos de lleno en una historia que habla de nostalgias y amores, de dudas y resignaciones, de culpas y arrepentimientos y de lo inevitable de un destino del que no es posible huir.

La manera de irnos desvelando la historia pasada mezclando recuerdos con conversaciones, sentimientos y descubrimientos presentes me ha encantado. Las descripciones de los personajes y ambientes son geniales: todo es muy visual, muy cuidado, pero carece de adornos literarios innecesarios y utiliza un lenguaje sencillo y lírico a la vez.

Una novela con tres protagonistas: Eszter, Lajos y la propia vida, porque ¿acaso no está llena -la vida- de desengaños y dudas, de sentimientos contradictorios, de saltos al vacío incluso cuando somos conscientes del vacío que nos espera?. Una historia que se lee prácticamente sola y que me ha resuelto la duda que planteaba al principio de esta reseña (al menos por el momento): Sí, me gusta Sándor Márai, y sí, seguiré leyéndolo y recomendándolo.

“Uno vive la vida… y un día se da cuenta de su ha cumplido o no con su deber” – La herencia de Eszter de Sándor Márai.

¿Queréis uno de esos libros para leer enfadadas? ¿De esos que te hacen hablar sola con los personajes y casi gritarles porque no te hacen ni pizca de caso? Aquí tenéis La herencia de Eszter, una novela breve que te irrita desde la primera página hasta el final.

Escrito de una forma impecable y de fácil lectura, La herencia de Eszter nos presenta a una mujer madura, Eszter, que vive en una casa, única herencia que le queda de su padre. Allí sigue pensando en Lajos, un hombre que cuando era joven la dejó totalmente prendada y que optó por casarse con su hermana.

Ahora, veinte años después de haberse ido, Lajos regresa no sabemos con qué intenciones, aunque el lector las averigua rápidamente porque lo que te dejan clarito todos los personajes que van desfilando por la historia es que Lajos es un vividor, un caradura y un hombre que no asume ni sus responsabilidades ni sus deudas. El genio de las mentiras. “Toda tu vida ha sido una mentira. Ni siquiera creo en tu muerte, puesto que también será una mentira. Sí, eres un genio”.

¿A cuántos conocéis igualitos a Lajos? Seguro que a uno al menos.

En fin, de verdad, un libro de diez, una historia que enfada y un personaje, así como lo veis en la portada de este libro, que necesita que alguien la espabile y aun así… Haceos un favor: leedlo :).

Monólogo. Ese diálogo con tu otro yo, con el real o con el que trata de ser real. Un discurso que te das o el pensamiento que pones en voz alta (o través de letras) para dilucidar quien eres, que quieres, hacia dónde vas. Un monólogo que abre puertas y ventanas de una realidad a la que te tienes que enfrentar, bien sea para aceptar o justificar.

Eszter entra en escena con una vida llena de perdidas, con una vida de penas, de traiciones, de dolor, merecidas o inmerecidas, y todo por ser demasiado ingenua o demasiado inocente o demasiado cruel o demasiado humana. Hay una herencia, una casa en juego y un hombre, alguien ajeno al vínculo de sangre, pero presente a través de un vínculo emocional, reclama lo suyo, lo que tal vez le pertenece, lo que hizo propio a través de una vida matizada por la seducción y la distracción.

Dinámicas familiares extrañas, decisiones incomprensibles, devociones injustificadas, amor, amistad y mentira se conjugan y se convierten en los cimientos y sostienen los últimos ladrillos de un hogar, de una vida, de la herencia de Eszter.

Sándor Márai es para mí un avalancha de emociones, pero no de esas avalanchas que hacen ruido, no de esas que amenazan con grandes destrucciones, no, no es ese tipo de avalancha, es de esas que va creciendo poco a poco, silenciosa, no destruye, sino arrastra y a medida que ves cómo va creciendo, empiezas a tener miedo, a enojarte con ella, a odiarla, pero al final es tan persistente, tan grandiosa, que solo queda cerrar los ojos y dejarte arrastrar por esa avalancha existencial.