Hierba mora

Hierba Mora es un canto a la feminidad, a la sororidad, un canto a la mujer. Partiendo de una contextualización histórica perfecta, pleno siglo XVII, nos cuenta la historia de Cristina de Suecia y Helene Jans, mujeres históricas reales, cuyos caminos se entrecruzan por medio del filosofo Descartes y llegan hasta nuestra actualidad a través del personaje ficcionado de Inés Andrade, que sirve como hilo conductor de sus vidas hasta hoy.

Hierba Mora tiene pues, contexto histórico, pero no es sólo eso, encontramos también amor, drama, y sobre todo humor. Es un pachtwork de palabras, una historia que entremezcla narrativa, canciones, cartas, poemas y sobre todo un recetario que hará las delicias del lector. La autora es una maravilla escribiendo, tiene una forma de contar las cosas tan cercana, tan natural, tan llena de humor, he notado el toque gallego de la autora en la “retranca” de su escritura y he disfrutado y reído a partes iguales.

Las palabras se huelen, las papilas gustativas se estremecen leyendo, es tal la fuerza de las descripciones, que creemos estar probando, oliendo, contrastando. Una novela que huele a frambuesa, a limón, a tomillo, a menta, a hierba mora. Pero también huele a valentía, a fuerza, a curación, a reivindicación, a rebeldía… Una novela para reír, pero también para llorar, donde emerge con fuerza el lado femenino y los personajes masculinos se desdibujan totalmente, una novela para nosotras, y para reivindicar el papel de la mujer en la historia y en la vida.

“La hierba mora tiene un toque misterioso ya que, como las buenas historias, atesora el mágico poder de calmar el dolor y como todas las mujeres, tiene una mala fama, que en absoluto se corresponde con sus obras”. He aquí, la gran metáfora de la novela, la hierba mora acarrea mala fama, pero cura y es sanadora, como tantas mujeres que han vivido en la sombra del patriarcado durante tantos siglos.

Se cuela esta novela, de cabeza, en mis mejores lecturas del año. Por favor, leedla, porque la vais a disfrutar muchísimo.