Mi año de descanso y relajación

Un libro peculiar, un libro inteligente, un libro si queremos extraño , pero también adictivo y realmente, todo un fenómeno literario. A mí me ha encantado, me ha gustado mucho y me ha parecido una obra que ha ejercido una poderosa atracción a pesar de presentarnos una temática, que recrea todo el horror ante una humanidad, la nuestra, la de todos, de la que la protagonista huye porque la odia.
Así de claro.

Es la última novela de esta escritora, Ottessa Monshfegh, también un tanto peculiar ya que su vida tampoco es nada convencional, que nos ha dado esta excelente y novedosa obra y con un humor un tanto brutal que no es muy frecuente en la escritura literaria .

Pero, vayamos a la novela, en la que lo primero que me ha llamado la atención es que la protagonista no tiene nombre, no lo conocemos, no se nos dice, es una joven muy atractiva, muy lista, también solitaria, una rica heredera, sus padres habían muerto no hacía mucho tiempo, y por tanto, con una buena posición económica que lo que pretende e intenta es la desconexión de todo y de todos y encerrarse en su apartamento del Upper East Side con un cóctel de todo tipo de pastillas.

Y es que nuestra protagonista, de 26 años, visita a una excéntrica psiquiatra, que ha encontrado por Internet, y que parece que está bastante loca, para comentarle que no puede dormir, que padece insomnio, y así es como conseguirá las dosis de ansiolíticos que la psiquiatra le receta y prescribe , con los que conseguirá su propósito, es decir, su proyecto delirante.

Y de aquí el título, que, parece tratarse en una primera mirada, de un ensayo, pero que sin embargo , también nos lo indica claramente, es que alguien necesita un año de descanso y relajación, y aquí tenemos una novela con una protagonista cuya necesidad intentará por todos los medios hacer realidad.

Intentar pasarse un año entero, a base de pastillas drogada y encerrada en su apartamento de Nueva York, concretamente en Manhattan. Para ello, dejará su trabajo en la galería de arte en Chelsea y se encerrará para dormir y renacer después regenerada.

Y entre mysoline, risperdal, zolpidem, valium, orfidal, nyquil, lunesta, benadryl, temazepam, e incluso unas pastillas cuyo nombre es un invento, el llamado infermetirol, conseguirá mantenerse medio dormida o dormida, con tan solo algunos momentos despierta para cubrir las necesidades prioritarias, bajar al colmado a por un par de cafés, siempre lo hace, comprar también algo de comida, comprar los medicamentos, acercarse a la psiquiatra cuando tiene cita, y volver a dormir viendo algunas cintas en el vídeo, sobre todo, de su admirada Whoopi Golberg, que repite hasta la saciedad, y también de Harrison Ford.

Lo que sí es interesante destacar es que la protagonista es la que deliberadamente decide esta postura , no es una víctima de la dependencia sino que intenta voluntariamente someterse a este año de descanso y relajación, para conseguir salvar su gran crisis de angustia . Y es lo que hace. ¿Lo conseguirá?

Y esta es la rutina que se ha creado y que es lo que le interesa , sin embargo, es a través de esta rutina como conseguimos ponernos en el lugar del personaje, acabando de la misma manera que ella, con ciertos efectos secundarios y envolviéndonos con ellos. Y es que es importante saber el poder que ejerce sobre los demás, como también lo hace sobre su única amiga.

Y además, ahora vamos a conocer a la amiga, un hecho importante y especial , y es que recibirá visitas de una amiga, Reva, ese es su nombre, parece que es la única persona que se preocupe por ella, padece bulimia, y siempre lleva alcohol en su gran bolso, un tanto histérica pero la única amiga que tiene, aunque la recibe siempre somnolienta y a la que tampoco le presta mucha atención. Pero Reva habla de sus novios y de su madre enferma.

También conoceremos a un ligue suyo y a un artista conceptual oriental que jugará un papel importante en la historia de nuestro personaje.

Pero muchas veces la narradora, la protagonista mientras duerme o cree dormir también hace salidas y otras actividades que luego no recordará ya que será el descubrimiento de objetos que aparecen en su apartamento , lo que le demostrará que no sólo duerme. ¿ A dónde irá?,
¿Qué cosas hará?.
Pues lo descubrimos cuando leemos, y es que no podemos dejar de leer.

Lo que también es muy llamativo es que estamos en la ruidosa y nunca durmiente Manhattan, frente a la absoluta apatía y el buscado aislamiento de la protagonista ante su gran malestar.

Gran contraste como también lo es la gran exploración de todo lo que ocurre a nuestro alrededor y, precisamente, de forma tan silenciosa.

Y bueno, los personajes que nos aparecen son un tanto oscuros, apáticos, solitarios, raros, pero también divertidos y provocadores y a veces, con ellos también sonreímos, porque está escrita en muchos momentos, con un tono irónico, aunque solo nos deje ver los momentos de las conductas y los hechos.

También podemos considerar este año en el que la protagonista se propone desactivar su vida, como un año sabático para escapar de la falsedad social y terminar despertando de su pesadilla cuando en el final del libro, ocurrieron los atentados del 11 de septiembre.

Y también este hecho guarda gran relación con la novela que debemos descubrir. Aunque para mí, es lo que menos me ha interesado, y eso que lo veía venir.

De todas formas, una gran obra y muy ingeniosa, en la que la excentricidad y carisma de la protagonista es motivadora así como la crítica de la sociedad y la superficialidad de las cosas, la crítica y falta de sentido de la humanidad.

Absolutamente excepcional y donde podemos rastrear por los caminos insondables de la reflexión.

Parte de una idea sencilla, una mujer heredera de una pequeña fortuna decide dormir el máximo número de horas durante un año ayudándose de toda clase de fármacos.

La verdad es que me ha sorprendido, no sé si para bien o para mal. Me ha gustado bastante pero tenía otra idea sobre la novela en base a la sinopsis que leí. Pensé que sería más densa, al fin y al cabo no esperaba que hubiera mucha acción, pero es más fácil de leer de lo que aparenta.

La protagonista y todos los personajes secundarios me han parecido odiosos, quizás porque la protagonista se centra más en las miserias propias y ajenas que en mostrar cualquier tipo de virtud, pero aún así no podía dejar de leer.

Delirante y muy ácida con algunos puntos divertidos, especialmente cuando aparecía su psiquiatra en escena.

El final me ha dejado un poco a medias, como cuando alguien termina una discusión con un portazo y tú te quedas con la palabra en la boca.

Nunca es fácil hacer una reseña negativa, pero este libro así lo ha requerido. Empecé a leerlo con muchas ganas e ilusión, esperando encontrar un personaje con quien sentirme identificada, pero tristemente ha ocurrido todo lo contrario. Antes de entrar en materia, me gustaría dejar claro que esto es una opinión personal y que el hecho de que a mí no me guste, no significa que a vosotros tampoco. También decir que escribo esto desde el máximo respeto hacia la autora y la editorial, por supuesto.

Nos encontramos ante una protagonista sumida en la depresión y la apatía, con una gran adicción a los medicamentos, y que se encierra en su casa para evitar todo contacto con la sociedad. Lejos de ser un libro reivindicativo y con un mensaje final positivo, se trata de una historia increíblemente pesimista, que hace demasiado hincapié en las conductas destructivas de una persona con depresión. Desde mi punto de vista como graduada en psicología, no me ha parecido del todo correcta la perspectiva desde la que se narra esta enfermedad. Además, no deja en muy buen lugar el trabajo de los psicólogos, pues con la figura de psicóloga que utiliza para la historia es como si se estuviera burlando de dicha profesión. Imagino que la intención de la autora es que al lector le produzca cierto rechazo el comportamiento y la forma de ser de la protagonista, que se sienta frustrado durante la lectura. Y es cierto que lo consigue, pero lo hace de tal manera que también consigue que se rechace al propio libro.
Había leído varías críticas que decían que era muy divertido y con mucho humor negro, pero sinceramente a mí no me lo ha parecido en absoluto. No me he reído en ningún momento a lo largo de la lectura, más bien al contrario, he sentido rabia ante la actitud del personaje.
Me ha costado muchísimo leerlo, y si lo he terminado ha sido porque se trataba de una colaboración con la editorial, y porque pienso que para poder hacer una reseña fundamentada es preciso leer toda la obra, y entonces sacar una conclusión final. Quizás esperaba que las últimas páginas cambiaran mi visión, porque es cierto que a veces el final puede sorprender y hacer que pienses diferente, pero no ha sido el caso. El final me ha dejado una sensación de desasosiego y derrotismo increíble.

No he sido capaz de simpatizar con la protagonista, al contrario, no he entendido en ningún momento su actitud ni su comportamiento hacia sí misma y con los demás. También me ha generado mucha ansiedad su forma de pensar y los razonamientos que hace de la vida, el amor, la amistad, etc.

Por último, el estilo de la autora tampoco me ha gustado. La narración me ha resultado muy aburrida, pues se centra en cosas que no tienen demasiada importancia, y la forma en la que ordena y expresa las ideas me ha parecido algo caótica.

En general tengo que decir que este libro no ha sido para mí. No lo recomendaría a personas que estén pasando por un mal momento, porque creo que puede empeorar el estado anímico y hacer sentir emociones bastante desagradables.

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En "Mi año de descanso y relajación" de Ottessa Moshfegh, la narradora decide encerrarse un año en su piso de Nueva York para dedicarse al noble arte de dormir, ayudada por una gran cantidad de fármacos. La protagonista quiere sobrellevar la vida cortando todo vínculo social y encerrada en casa durmiendo y viendo películas. Un plan perfecto.

Este libro es una tragicomedia original, peculiar y, sobre todo, muy cómica. Con personajes verdaderamente tronchantes, como la terapeuta de la protagonista, y una crítica continua al ritmo de vida de las ciudades, las relaciones superficiales, el consumismo desmedido, el culto extremo a la belleza física y a la delgadez... En fin, es una crítica a la superficialidad que nos invade.

Me ha gustado mucho, a pesar de tener un final un poco forzado y carente de sentido... Pero, en general, es una novela adictiva y diferente con la que pasar un buen rato y pensar.

¿La habéis leído?

4/5🌟

Este libro me daba mucha pereza. El título, la portada. Cero motivación por leerlo, pero formaba parte del club de lectura @matildadevoralibros y había que darle una oportunidad. Engancha desde el principio. Tal vez le sobren algunas páginas. Dormir para volver a encontrar nuestra esencia, ¿mito o realidad? Me ha acabado recordando a una exposición experimental que hubo hace algún tiempo. El libro es una ida de olla total, pero totalmente adictivo. Y con muchas críticas a la sociedad actual americana y con un toque de irrealidad.

Creo que nunca había leído TAL GAMBERRADA de libro y que además fuese TAN autoconsciente de su macabra absurdidad. Otessa Moshfegh, hija de mi vida: o eres un genio o necesitas ayuda urgente. O ambas, que tampoco es que esté reñido.

En «Mi año de descanso y relajación», su propia protagonista nos narra cómo, harta de enfrentarse a los tejemanejes del mundo, decide pasarse un año hinchándose a drogas para dormir, a películas que ha visto mil veces y a cafés que están asquerosos. 

Y antes de que alguien pueda decir: “soy yo”. NO, NO ERES TÚ. Porque la Moshfegh nos ofrece un retrato psicológico interesantísimo de una persona que está tan sumamente desquiciada y es tan abiertamente cruel y desagradable que si te llegas a identificar con ella es preocupante. 

Esta es, por otra parte, una novela de sensaciones: la somnolencia, la angustia, el desagrado, la repugnancia. Nos planta en nuestras narices el cinismo de una sociedad de clase alta casi elevada al absurdo. Porque la existencia ES absurda. 

Y a raíz de todo esto nos planteamos la gran pregunta: ¿Qué hacemos con todo ese dolor que nos arroja el mundo? ¿Cómo nos enfrentamos a él?

No me confundáis: no esperéis una gran trama, porque es una novela repetitiva y en la que no pasa prácticamente nada. Por eso me parece fascinante cómo la autora ha conseguido engancharme tantísimo. Su pluma es sumamente carismática y hace de ésta una novela ácida, extraña, irreal, depresiva y con un punto de humor negro que hace que la ames o la odies.

Yo la he amado.

Nos encontramos ante una novela bastante particular con unos personajes aún más particulares.

Nuestra protagonista, una mujer bella con recursos materiales, decide tomarse un año para dormir únicamente, debido al poco estímulo que encuentra en su vida diaria. ¿Cómo alguien que aparentemente puede tener todo, se siente así?

No tenemos mucha acción, ya que la novela se centra en la personalidad de las personas, narrada siempre desde el punto de vista de nuestra protagonista. Creo que este personaje está creado para no empatizar nada con ella y así poder llegar a empatizar con otros personajes y ver la otra cara de la historia (ya que se centra principalmente en los defectos de las personas).

Una crítica social a la sociedad actual, al consumismo, a las relaciones tóxicas, a la falta de inteligencia emocional, al abuso de medicación y drogas y a los estereotipos de belleza.

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📚 Mi año de descanso y relajación
♀ Ottessa Moshfegh
🗣 Audiolibro (eBiblio)

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Ay! ¡Cómo me ha gustado este libro! Había leído varias reseñas de gente que lo había odiado y otras que le había encantado. Yo pertenezco al segundo grupo y es que esta autora tiene un don, es capaz de no contarte nada pero en realidad habla de muchos temas y hace críticas feroces de la sociedad.

Escucharlo en audiolibro ha sido un acierto, ya que está escrito en primera persona y la protagonista nos está contando con toda sinceridad como de un día para otro decide dedicarse todo un año a "descansar". Lo que pensamos , y más en los tiempos que corren, en tener un año sabático podríamos envidiarlo, pero realmente su propósito es oscuro y terrible.

Nuestra protagonista decide enclaustrarse en su lujoso apartamento en el Nueva York pre-11S, heredado de sus padres fallecidos, pero de la manera más toxica posible. Estar puesta de drogas que la hagan dormir entre 12 y 16 horas, que la dejan k.o. Ottessa juega con la muerte y lo absurdo en esta novela criticando la sociedad adinedara de NYC dando a entender que por mucho dinero que tengas la vida puede ser un completo aburrimiento y que no valga la pena vivir.

Los personajes principales son, nuestra protagonista es una chica de 26, rubia, delgada,rica y depresiva porque su vida es un aburrimiento. Su amiga Reva, una bulímica envidiosa sin personalidad, que desea todo lo que tiene su amiga, buen cuerpo, status y dinero mientras que en realidad es una persona muy sola y frustrada. Su ex novio Trevor, un hombre de negocios claramente homosexual que la trata mal. Sus padres, unos paisanos ricos que no miramos por su hija nunca y la doctora Tuttle, que le suministra todas las drogas sin control ni preocupación mientras pague las sesiones.

Es el culmen de lo cínico, el aparentar, el consumismo estúpido, la sociedad estar hecha una mierda pero mientras haya dinero ya puede haber un atentado que a la gente le da igual todo. A mí me ha encantado la novela, me ha gustado cómo desarrolla la trama y lo bien hilada que está, el final me dejó sin palabras la verdad.

Puedo entender porqué a la gente no le ha gustado este libro y es que si desde el principio no te engancha y además creo que leyéndolo es algo soporífero, lo recomiendo escuchar en audiolibro.

Yo solo puedo recomendarlo. Es la segunda vez que leo a Ottessa Moshfegh y me ha conquistado. Puedo decir que me ha gustado más que Lapvona.

✴ ¿ Habéis leído esta novela?
✴ Si es así¿ Sois del primero o del segundo grupo?

«I was blond and thin and pretty —that's what people noticed. That's what those girls cared about. I learned to float on cheap affections gleaned from other people's insecurities».
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Ottessa Moshfegh ha escrito un libro con una protagonista que cae mal. Una joven blanca, delgada, guapa y rica—ella describe su estatus en repetidas ocasiones a lo largo de la novela— que vive en Nueva York. En otras palabras, una mujer privilegiada. La cual, a pesar de su privilegio, está harta de la vida, por lo que decide tomarse “un año de descanso y relajación” a base de medicación que le ayuda a dormir.
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En un principio podríamos pensar que la autora busca que nos sintamos identificadas con ese personaje principal: hartas de la superficialidad de los vínculos, de las redes sociales, de la necesidad de validación externa para sentirnos aprobadas y deseadas, del consumismo exacerbado… Pero, seamos sinceras, cualquiera de nosotras tenemos problemas y no tenemos una fortuna en el banco, ni poseemos un apartamento en la mejor zona de Nueva York, ni podemos permitirnos vivir una vida despreocupada al margen del dinero o de pensar qué será de nosotras en el futuro. Para la mayoría de nosotras no existen los años de descanso y relajación.
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«And I'd feel sorry for myself, not because I missed my parents, but because there was nothing that they could have given me, if they'd lived. They weren't my friends. They didn't confort me or give me good advice. They weren't people I wanted to talk to. They barely even knew me. They were too busy to want to imagine my life in Manhattan. My father was too busy dying, and my mother busy being herself, which in the end seemed worse than having cancer».
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Sin embargo, hay algo en esta historia llena de cinismo que a mí me ha atrapado. En ocasiones la protagonista es tan excesiva que roza el patetismo —en el buen sentido—. Y es que, resolver tus problemas a base de Diazepames y Lexatines es patético en el momento en que se convierte en un privilegio. Es por ello que no llegas a sentir pena ni empatía por ella, ni tampoco creo que la busque. Está convencida de que terminado su año de descanso las cosas serán diferentes. Igual que todas esas personas que creían que el cambio de milenio iba a suponer algo, lo que sea, en sus vidas.
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No pienso que ‘Mi año de descanso y relajación' sea una crítica explícita a la sociedad actual—al capitalismo, al consumismo, a las relaciones líquidas o a la superficialidad de una vida a golpe de like—. Algo de eso hay, pero para mí lo más interesante es el relato interno de una mujer que sabe que, aparentemente, tiene todo lo que la sociedad te pide—y exige— para triunfar y, a pesar de ello, se rebela contra su vida de una forma caótica y exagerada. ¿Qué será de ella después de ese año en ‘stand-by'? No creo que nadie tenga la respuesta.

Me resulta un tanto extraño y difícil comenzar a escribir esta reseña. Yo no conocía para nada a la autora, pero sí que había escuchado hablar bastante del libro. Últimamente desconfío de las grandes recomendaciones que se ven en las redes sociales porque me he llevado algunos chascos y este libro de Ottessa Moshfegh ha sido uno de ellos.

La protagonista de la historia es una joven neoyorquina acomodada que, un tanto hastiada de la vida que lleva, decide "hibernar" durante un año es su apartamento de uno de los barrios más exclusivos de la ciudad. Para ello cuenta con una herencia sustentosa de sus padres, un reproductor de vídeo y una cantidad ingente de medicación...

No he conseguido engancharme a la historia y, sobre todo, no he conectado nada con el personaje principal. Quizá sea la alexitimia de la protagonista y, a la vez, su creencia errónea de que durmiendo dejará de sufrir, pero no me ha parecido creíble. Tampoco me ha gustado cómo se ha tratado el tema de la medicación psiquiátrica (o tal vez haya una crítica indirecta a la prescripción indiscriminada de medicamentos en Estados Unidos y yo, no lo he entendido).

Un libro incómodo, plano y del que sólo obtengo que la vida es ahora y que, por mucho que quieras huir o esconderte de tus problemas, seguirán ahí hasta que quieras enfrentarlos. Una lectura sin más, que no recomendaré (mañana la debatiremos en el club de lectura y tal vez le saque algo más de jugo).